jueves, 27 de agosto de 2009

Tanta mansedumbre

Descubrí con verdadera alegría el sabor delicioso de sentirme bien por logros personales. No sé por qué me había estado aferrando ciegamente a la idea de que la felicidad debía ser proporcionada por otras personas, quizá por eso me había sentido terriblemente miserable a ratos. Ahora entiendo que es posible tener felicidad (momentánea, por supuesto) pero auténtica gracias al resultado de un trabajo constante y a veces un poco obseso.

Así que sin esperarlo realmente me anuncian ganadora del Certamen de Poesía Bernardo Ruiz, me hablan a mi casa para darme la noticia, me festejan y me doy cuenta de que la insistencia (o la necedad) por hacer que mi escritura tenga una validez no es ya sólo una idea sino algo que paulatinamente está tomando forma para constituirse en algo tangible. Ya he visto mi nombre aparecer en internet en un sitio donde mencionan el premio y en unos días tendré el honor de ser incluida en el diccionario de escritores mexicanos. A resumidas cuentas: estoy feliz, muy feliz.

Clarice Lispector escribió un cuento titulado "Tanta mansedumbre" en el que habla de una grata sorpresa al verse llena de alegría, alejada del dolor. Escribe: "Voy entonces a la ventana, está lloviendo mucho. Por costumbre estoy buscando en la lluvia lo que en otro momento me serviría de consuelo. Pero no tengo dolor que consolar." Un poco así me siento, abierta a un mundo donde no me duele todo y donde no me preocupa la transparencia inevitable de mi vida ni la finitud de un instante hace meses atesorado. Es una alegría mansa, como lo diría Lispector y es muy pero muy cercano a mi idea de plenitud y, más que eso, de felicidad.

Ahora puedo decir que lejos de anhelar que alguien me provea la felicidad, sé que la he conseguido yo y lo mejor de todo: siento que soy capaz de compartir esa felicidad con la gente que importa (y a la que le importo) lo cual me resulta lo suficientemente satisfactorio.


Music on: Porcelain - Moby
Quote: "La locura es vecina de la más cruel sensatez" C. Lispector
Reading: Las violetas son flores del deseo - Ana Clavel

2 comentarios:

Anónimo dijo...

tarde o temprano la vida,por mas miserable que sea tiende a encontrar personas que son diferentes a las demas,personas que se pasan la vida pensando en la mejor forma de crear hermosisimas y a veces (creo yo)utopicas obras que trascienden por que como usted dice no podrian hacer otra cosa,usted es una de esas personas, lo supe desde la primera vez que la lei y lo se ahora que la lei por ultima vez,se lo puedo jurar "por unos ojos ciegos" le felicito una abrazo queridisima madame...recuerde darme una copia de su obra con su autografo ehh.

Motivacion de logro dijo...

Que revelador, pensar que existe en este mundo una persona como tu escritora y poeta que se detiene a plasmar su percepción interna, con tanta facilidad.
Muy nutrido tu blog de letras...Muy padre!!!