sábado, 29 de septiembre de 2012

Así es...



Uno cree que hay cosas eternas, sí, de verdad lo cree. Yo que soy una compradora compulsiva de ilusiones lo sé. Hace tiempo, una excelente profesora de español dijo que eso del amor eterno era una mentira. Entonces pensé que ella era una amargada y no presté atención, yo con mis esperanzas influenciadas por todas las cosas que pinta el mundo en el verde más puro, para decirlo en términos de Sor Juana, yo tan irremediablemente ilusionada a mis escasos quince años. Cuánta razón tenía aquella mujer.

Así nos debieron de haber dicho desde niños, que no existe el príncipe azul, que los cuentos de Disney no son para creer, incluso debieron habernos dicho, sí, aunque me digan que estoy loca, que no hay tal cosa como los reyes magos, mucho menos tal aberración como un dios que cuida de uno a todo momento. Así nos debieron de haber dicho para ahorrarnos algunas decepciones.

Pero me dirán que ese aprendizaje es parte de la vida. Y supongo que es cierto. Así como es parte de la vida aprender a no creerse nada que no esté dentro de uno mismo. Ya no hablemos del amor, que es una cosa tan intangible y tan problemática que ahora no tiene cabida. Hablemos de otras cosas que uno se hace a la idea de que serán, de hecho, auténticamente, para siempre. Digamos, por ejemplo, que una amistad construida a lo largo de años no se pensaría que podría acabar así como así. Y ya sé que sucede, que no estoy descubriendo el hilo negro, que a todo mundo le pasa. Pero no porque a todo mundo le duela me va a doler a mí menos.

Hoy no tengo la más mínima intención de ser poética. Hoy dejo de lado toda la erudición de la que a veces hago gala, sólo para regresar a lo primigenio, al dolor de haber perdido gente en el camino de la existencia, gente con la cual creí que estaría por siempre, porque la amistad me parecía más elevado que el amor, menos caprichosa, más íntegra, más real, más sincera y por lo tanto con ese potencial casi casi de lo real, de que sería eterna. Pero  no. Un día te das cuenta de cómo poco a poco esa persona a la que querías tanto ya está caminando hacia otro lado, cómo la nostalgia es lo único que te tiene en vínculo con tal persona, cómo todo lo que pasa de nuevo ya no lo puedes relacionar como solías hacerlo, porque de pronto hay un vacío que ya no se puede llenar.

No pretendo explicarme al cien por ciento. Estoy tan ofuscada y estoy siendo tan sincera que no me alcanza el argumento para decir directamente lo que pasa. A veces es mejor así, desahogar un poco la pena y llorar hacia los adentros esa pérdida que no se ve y que nadie nota, pero que se siente. ¿qué hace uno cuando pierde al amigo de toda la vida? ¿qué hace uno cuando aún vivo ha decidido hacer otra vida en la que uno no está contemplado? Pues uno se aleja, es como en el amor, me voy de donde no me quieren y hago de tripas corazón, me guardo todos los recuerdos y me engaño pensando que ya se me irá olvidando, que si borro las fotos del facebook puedo hacer de cuenta que también borraré los hechos. ¿qué hace uno? Perder un amigo así duele más, creo, que perder un amor, porque el amor uno sabe que se acaba, uno cree que en cambio puede confiar en la amistad. Pero al final no hay gran diferencia.

Así que la eternidad no existe, una vez más. Y las decepciones por la realidad no terminan. Parece que no es algo que vaya a terminar. Es triste. 


Music on: Nothing song - Sigur Rós 
Quote: "imagino que el horizonte termina en mi casa" Graciela Huinao
Reading: S/Z - Roland Barthes

viernes, 7 de septiembre de 2012

Sigo aquí



Dicen los entendidos que un escritor no escribe sino la misma cosa una y otra vez, yo no sé, supongo que sí, a veces, soy así, que no me supero, que le doy cien mil novecientas cuarenta y tres vueltas a la misma cuestión, sólo para añadirle cosas que tampoco se resuelven.

Quiero pensar que mi escritura es el eterno proyecto bartheano que nunca se concluye, que cuando está a punto de llegar a la luz, se desvanece, que uno no puede realmente poseer lo que desea con toda la pasión y pureza del mundo, que esto es un intento, una simulación, pero que al mismo tiempo no se puede salir de tal cosa.

No lo sé de cierto, diría el poeta, tan sólo me contento, de vez en cuando, con echar un par de líneas en torno a las cosas que suceden, a las cosas que pienso, tratando de decir y expresar, a veces tratando de crear, y siempre con la extraña conciencia de que escribir es necesidad, aunque no diga nada, de nuevo, aunque el proyecto inasible sea todo lo que tengo.

La pretensión, no sé si sea comunicar; encuentro que en ocasiones hay quienes me leen y encuentran también algo, eso es bueno. Y aunque el cuadernito es el eterno cómplice, y a veces el  twitter, ese lugar para soledades que nadie lee ni escucha, o el facebook, que en algunos momentos de practicidad tecnológica sirve para echar un pensamiento breve, me satisface de alguna forma seguir echando ideas, proyectando eternamente, esa es la pretensión real.

La mejor parte, confieso, es cuando logro superar la autocensura y ser y escribir sin que importe nada sino sólo la persona que soy cuando lo hago y cuando me instalo en el mundo para que me vean y me hace bien. Quizá algún día, renueve este blog al que sólo llegan comentarios spam y de vez en cuando, muy de vez en cuando, de una persona real, pero sin cambiar las cosas que ya no son (que con el paso de los años, aunque no parezca, sí existen). Creo en la evolución y ahora, recientemente, en el proyecto.

Y mucho menos me despediré, como en algún momento pensé hacerlo, no, porque he entendido que las despedidas se hacen una sola vez y mejor hacerlo por las buenas y porque soy pésima para despedirme. Seguiré  hablando del amor que sé que no me corresponde, de la futilidad que invade mis pensamientos, de mi egoísmo y mis maneras irremediables de querer, de necesitar, de desear, de mi búsqueda por saber y al mismo tiempo no saber, de las máscaras, los silencios, las formas informe y el todo que siempre es fragmento y el cielo que siempre es también mar y el instante, cuando puede transformarse en eternidad.


Music on: Lo imprescindible - Shakira
Quote: "La sombra es manto, de  modo que, en el  límite, es posible concebir una luz feliz" Roland Barthes
Reading: Puerto Trakl - Jaime Luis Huenún