martes, 10 de julio de 2012

El vuelo




Es amar por un lapso tan breve como intenso y estar dispuesto a entregarlo todo, absolutamente todo. Es un ímpetu de vórtices comiéndose entre ellos, la omnisciencia de la mirada sobre pausas secretas y privadas, en espacios inexistentes. Alzarte sin tiempo en un borde bien delimitado, queriéndote aventar y teniendo también una fuerza que te contiene en la superficie. Así es entregarte a la guerra y la derrota del amor, sucumbir ante las nostalgias y anhelar un pasado que pudiera convertirse en un presente para luego desearlo eterno y grácil, firme y bello. Siempre alegre.

Un aleteo imperceptible a los otros pero capaz de cambiarte todo el organismo; es querer brincar y hacerlo y saber oscuramente que dudar es caer y que caer no es lo peor pues la caída no es la muerte. El descenso innombrable e ininteligible es sólo envejecer en una blancura que ciega y duele, y es amargarse de súbito por haber practicado la blasfemia de la duda. Y entonces un ápice remanente de lógica te dice que nada de esto tiene sentido, que de nada sirven, de verdad, las múltiples erudiciones de las que el ser humano hace gala, como tampoco son útiles las propiedades y bellezas del arte, las ideas o las palabras cuando estás inmerso en el abismo de la nostalgia y deseas sólo una cosa: enredarte en los brazos del otro y que el resto del universo desaparezca.

Como preguntara el dramaturgo de antaño: "Ser o no ser", habrás de apostar por el movimiento aunque estés condenado a regresar al mismo punto en que dio inicio la absurdez, al necedad, el deseo de correr y lanzarte sólo para recibir la mínima recompensa de escuchar su voz decir una palabra nimia, de tocar su mano por un parpadeo. El premio consiste en, por menos de un segundo, ser capaz de aspirar el olor familiar de su piel que entre todas has reconocido ya como propia y suya al mismo tiempo. Sólo para eso, piensas ahora, y repites el mantra: sólo para eso. Y sí, vale la pena todo el dolor y todo el llanto, toda la construcción simbólica de mundos posibles, todo el desgarre y el olvido, la dosis triplicada de nostalgia al terminar la noche y las lágrimas que se llorarán al amanecer.

Has dicho "sí" y después del "sí" es posible mantener el vuelo…



Music on: Valtari - Sigur Rós
Quote: "El poesía como en ningún otro género, el tiempo es árbitro implacable" Cristina Peri Rossi
Reading: El tambor de hojalata - Günter Grass