domingo, 25 de febrero de 2007

No somos mas que sombras

No somos mas que sombras…

Tú la indiferencia,
yo el deseo.
Sólo sombras, cenizas,
restos humanos de un amor no consumado pero sí consumido.

No hay forma de salir de aquí.

La distancia ha dejado de ser crucial para nosotros
porque tu huir constante me lleva eternamente al regreso,
al punto de partida y al final que de nuevo es comienzo.

Estamos perdidos.

El miedo.
Ese miedo terrible e inevitable… Siempre.

El tiempo no existe, ni el amor, ni el espacio, ni la vida o la muerte.
Sólo existe la condena…
Nosotros cuan solos y náufragos y tan lejos uno del otro.

Te necesito, locamente, desesperadamente.
Te amo… Pero…

No somos mas que sombras,
tristes recuerdos de lo imposible.

martes, 20 de febrero de 2007

La Dulce Muerte

Salieron de la casa con la luz de la mañana, era una de esos amaneceres despejados, con las nubes que hacen círculos deformes en el cielo, y donde poco a poco se van infiltrando las tonalidades rosas y naranjas. Hacía un viento frío.

En la calle no hay nadie, todos tienen miedo. Saldrán tal vez, un rato, cuando la luz deje de ser amarilla y la oscuridad haya cristalizado los suelos una vez más, pero regresarán de inmediato a sus casas si llueve, porque la lluvia es mortal aquí.

Ha llegado el Apocalipsis, pero éste no ha llegado con plagas de langostas o con heladas, llegó cuando un día el agua que llovió era más densa y extrañamente dulce. Luego siguió lloviendo ininterrumpidamente, y cada vez el agua era más espesa, más dulce y naranja. Caramelo, eso era, llovía una especie de caramelo que pronto cubrió todo el pueblo en escarcha dorada y café. Todo se echó a perder, murió; por dos días enteros llovió mucho y siempre caramelo.

Parecía un sueño, un pueblo tapizado de dulce que con el sol se derretía un poco y todo lo dejaba pegajoso, lo mataba.

No había qué comer, y salir era arriesgado; pero ahora, a pesar del peligro, justo al amanecer dos almas errantes se aventuraban a salir. Eran dos amantes entregados a sí mismos y a la promesa de la muerte conjunta. Sí, era un suicidio. Sabían que no faltaría mucho para que el cielo se nublara otra vez y más caramelo lloviera, eso querían, cubrirse del rocío dulce que les taparía la nariz y los ahogaría lentamente.

Después de dos horas de contemplar el amanecer, espectáculo hermoso que les atraía a pesar de que se convertiría en su muerte, el cielo se oscureció y gotas doradas cayeron de él, al principio escasas pero paulatinamente más gruesas y más y más. Los amantes se cubrieron de dulce y se abrazaron, se besaron hasta que el aire ya no los dejaba respirar y así murieron, como lo planearon, en el lecho de un amanecer bello y letalmente dulce. Escarchados, inmóviles, sus cuerpos esperaron el fin de la lluvia y el frío eventualmente cristalizó sus cuerpos, que se quedaron abrazados en el sueño de la muerte.

martes, 13 de febrero de 2007

(...)

Nos perdemos.
Nos encontramos.

Quiero estar en tu boca imperfecta, en tus labios húmedos, en tu piel canela,
llegar al destino de tus deseos.
Existir en tí, solo en tí…

Cierras tus manos, me rechazas y el limbo que nos atrapaba nos deja ir,
pero yo regreso, no me desprendo de tu aroma dulce y me quedo aquí, aunque no me veas.

Lloras, sé que lloras, dices que el llanto de hace bien
pero lo cierto es que te duele.
Y a mí me duele más todavía tu dolor.

Mi amor, mi corazón…
siente estos pasos cansados de seguirte,
mira tus besos que me queman en la piel, tu huella me duele, tú me dueles…
Pero te amo, te amo tanto aún y siempre;
te pertenezco, irremediablemente, eternamente.

Veo mi silueta a lo lejos, se ha ido de mí,
está en tu cintura eternamente,
ya nada es mío,
mi cuerpo no es mío.

Mis palabras anidan en tu piel,
mi corazón descansa en tus zapatos,
mis venas dan vida a tu sonrisa.

Sólo soy en ti

Te busco, te encuentro,
tú no sabes que te busco, tampoco que eventualmente tú me encuentras
porque estoy ahí siempre, para siempre,
aunque no lo quieras ver ni sentir ni aceptar

La imposibilidad,
la negación de aceptarnos y amarnos,
es eso es lo que te duele: la verdad
es lo que nos duele, es todo el remolino que no entendemos y no queremos ser
pero que somos y debemos ser
siempre.

sábado, 10 de febrero de 2007

Existir

No hay amor,
sólo el amargo roce del viento en mis párpados
secos y salados.

¿Felicidad? Nada en este cuarto oscuro
condenado al derrumbe catastrófico
que retumba en las paredes huecas.

Esta alma mía desgarrada solloza
y eleva sus brazos temblorosos,
respira el aire efímero al abrir sus ojos,
creyentes aún en los milagros.

No existe más vida que el recuerdo plástico de lo intangible,
que el murmullo ecuánime de una sonrisa,
que el arrollador silencio del mundo.

Un ser plumoso y bello alza el vuelo
y escapa a la vista al traspasar el horizonte;
la esperanza se sumerge eternamente
en el infierno de mortandad del que una vez escapara.

Cielos nublados y grises,
rosas sin esencia,
vida sin sueños.

Pero la luz matinal se asoma débilmente...

Camino en un desierto dorado con el sol a cuestas
y un siglo de inmortal oscuridad por recorrer.

Aquí en este tálamo de tristezas congeladas,
en el sepulcro de las ilusiones,
en el dolor carmesí de la existencia.

domingo, 4 de febrero de 2007

Somos...

Somos el mundo y no somos nada, somos lenguaje, conciencia, imagen, somos palabras, creaciones, ilusiones. Somos...

El limbo nos acoge de manera tenue, invisible, suave; parece que no estamos, que no existimos, aunque sí estemos, o creamos estar, aunque la carne que nos atrapa sea demasiado tangible.

Soñamos con las ilusiones que no pertenecen a nuestras realidades y escuchamos los cantos de las sirenas inexistentes y no sabemos que ellas, si son realees, no cantan para nosotros.

Queremos del mundo la eternidad pero vivimos con prisas, queremos los años que no nos alcanzan pero no sabemos qué hacer en un sólo día, soñamos con los ojos abiertos pero perdemos el entusiasmo por las noches.

Somos absurdos, inútiles, insignificantes, pero aún somos y eso es lo único que tenemos; el ser, tan grande y tan pequeño, ser hoy y en el tiempo de la ambición y de la ignorancia, ser es todo, hoy y para siempre.