jueves, 26 de agosto de 2010

Adán tampoco está conforme

De Eduardo Lizalde, pertenenciente a La zorra enferma (1974):
¿Quién, si yo clamara, me escucharía
entre los ángeles…?
RILKE, Elegías




Supremos ángeles,
sombrías y refulgentes deidades
de la tierra y el cielo,
altos enigmas,
rojos y crueles hados del silencio
y de las brumas perpetuas,
gigantescos fantasmas lunares
que envenenan el mundo con su tóxica luz,
descomunales bestias que devoran
bestias ya de por sí descomunales
y de ellas se alimentan como de mosquitos,
dioses carnívoros,
dioses que comen dioses
y sólo crean la carne
para satisfacer su ilimitada, enferma gula,
      ¿qué hago yo aquí entre flores y reptiles?
      ¿en qué jardín maldito me han plantado?
      ¿por qué humillar a una criatura
      creándola tan mísera?
      ¿qué ganancia o placer hay en tan poco
      para seres tan grandes, oh benignos
      pero sangrientamente hermosos ángeles cimeros?
No, dioses. No, espectros. No, señores.
Devuélmanme la muerte
que yo tenía al nacer,
cuando era sólo una escudilla
limpia incluso de forma y de materia.
ay ángeles y nieblas perfectísimas
que sólo en la degradación se nos revelan:
      no haberme creado, era tan fácil…


Así pues, resulta que Adán es el primero de todos los hombres y el momento en el que nos habla en este poema es anterior a la expulsión del paraíso, a haber creído en Eva y haber mordido el tentador fruto prohibido: ¿tan pronto está inconforme?

Trasgresor, Adán como el primer hombre no quiere el resultado de lo que es, “no haberme creado era tan fácil”, reta a los dioses “dioses carnívoros”, seres repugnantes no exentos de pecado y eso sí, llenos de un ocio que desemboca en la creación de la vida. Trasgresor, Lizalde como la voz poética insulta a los dioses dirigiéndose a ellos en un lenguaje que más se asemeja a una oración que a un insulto; la apelación inicial de “supremos ángeles” identifica al lector con un ruego, pero en esta ocasión se ruega por la muerte, no por aquella que se debe acontecer al final de una vida sino a aquella que siempre estuvo ahí, palpitante, antes del nacimiento, como la posibilidad de no nacer; “devuélvanme la muerte que yo tenía al nacer” dice Adán, derrotado, con la única fuerza de su palabra, impotente ante los dioses que “sólo crean la carne para satisfacer su ilimitada, enferma gula”.

Pero Adán no es escuchado nunca. El primer hombre se transforma, dentro del contexto del poema, en la voz de todos los hombres que olvidados de la mano de dios están viviendo una existencia que no quieren, que no pidieron, que no necesitan, una existencia engorrosa, absurda, repugnante; los hombres están concientes de que la inteligencia los ha proveído de la capacidad de darse cuenta de que su paso por el mundo, —un mundo igualmente terrible a pesar de estar disfrazado de paraíso—, es un castigo cruel y despiadado.

Adán está en el paraíso, sí, pero ¿qué es el paraíso en realidad? ¿en dónde se esconden los ángeles que “sólo en la degradación se nos revelan”? ¿qué clase de paraíso ha sido creado por “sombrías y refulgentes deidades”? Lizalde suelta al papel un paisaje desolador y cruelmente cierto, terminado con la voz trunca de Adán que se va desvaneciendo irremediablemente.

El hombre lanza gritos en busca de atención recibiendo la terrible desolación de la verdad, de que ha sido arrojado a un lugar en el que se encuentra solo, desprotegido, siempre a punto de ahogarse en la inmundicia de la vida y sin nadie, ni su creador siquiera, que pueda escuchar su ruego. Finalmente, como bien lo anticipa Rilke en las Elegías, "¿Quién si yo clamara, me escucharía entre los ángeles?"




Music on: The poet acts - Philip Glass
Quote: "jamas decir 'te amo' en serio, al contrincante" Eduardo Lizalde
Reading: La inmortalidad - Milan Kundera

jueves, 19 de agosto de 2010

La caja en el abismo

Un despertar más amargo me dice que es tiempo de cambiar, que el fantasma que me acecha por las noches debe irse y dejar de tornar mis sueños en desesperadas pesadillas. Como el olvido no es una opción y la nada no existe en la memoria, pienso que habría que hacer un ritual alegórico que funcione como purga espiritual y placebo ante el dolor crónico.


Así pues, abstraigo una metáfora mental: hay un profundo abismo con nada sino oscuridad aparente, abajo habitan cajas y botellas con fórmulas dañinas. Entro con una lámpara para hallar un rincón donde acumular más cosas, sin reparar en el resto de ellas; en un hueco dejo una caja más, tiene su nombre en la tapa, aquel que ya no será pronunciado por mi corazón hacia los oídos del viento. Hago esto de vez en cuando, no es casualidad, cambia la caja y su contenido pero sospecho que es un ritual sagrado y antiguo que realizo cada que el fin me lastima y desequilibra en demasía, cada que el tiempo hace que en la memoria se acumule dolorosamente el fracaso del futuro imposible y el pasado sin olvido.


Estando en esa oscuridad no veo más allá de lo que quiero hacer en este momento, la caja sigue llenándose, ya he puesto recuerdos y promesas, palabras dichas y también calladas que flotaban en el aire como partículas emponzoñadas. Repaso mentalmente algunas de las cosas encerradas ahí: el libro de Céline que llegó a mis manos en mi último cumpleaños, la película que vimos el día en que me besó por primera vez, el post-it donde escribió que me quería, el llavero que le regalé y el paraguas que ya no me devolvió. Trato de cerrar un ciclo deseando encarecidamente que eso fuese tan sencillo como cerrar una caja y aventarla a un abismo.


Olvidar es imposible, habría que, sin embargo, dejar a un lado todo eso que ya no sirve, que ya no puede ser. Habría que cancelar la espera y voltear la cara hacia otros horizontes, con el tiempo sucederá que los despertares y las noches no estarán pobladas por su recuerdo y su nombre, con el tiempo será que el amor y el deseo disminuyan paulatinamente y la caja pueda abrirse sin que el contenido cause más dolor. No estoy segura de que sirva de algo fabricar una alegoría, pero algo habrá que hacerse para no morir de locura, habría que hacerlo y tratar de no sufrir más.


Aún es temprano… seguiré guardando cosas hasta el siguiente amanecer.


Music on: Angie - The Rolling Stones
Quote: "Quisiera estar sepultado en el aire, envuelto como una momia por el desamor de alguien" Francisco Hernández
Reading: Ya no te necesito - Arthur Miller

jueves, 12 de agosto de 2010

Escribo



Escribo.


Hago todo lo posible por no llenar la cabeza con el pasado, tarea imposible. Mientras evado la realidad me convierto en una máquina de escribir que deshace silencios mentales y descubre cosas inexistentes. No es que tal actividad me otorgue algún grado de alegría, es sólo para pasar el tiempo sin enloquecer, igual que cualquier otra cosa, como tejer, bailar, pegarse en facebook toda la noche tratando de olvidar. Todo es para tratar de olvidar. De vez en cuando yo misma tejo y bailo, sólo para mí y por supuesto, me pego al facebook en una estúpida misión estoica porque ahí está el pasado y el presente en donde yo no tengo cabida.


Prefiero escribirte, escribirte algo no sólo para decirte cosas sino para que seas algo, deseo que el poder de mi palabra, tan realmente ligero y leve sea capaz de crear el mundo, como Dios con su boca dijo que se hiciera la luz y así fue. Escribirte para crearte y pensar que quizá en esta escritura distinta del mundo hay una oportunidad para el amor inexistente.


Tal vez no esté haciendo todo lo posible. Algo posible es morir y no me atrevo a ello. No aguanto la soledad, siempre estuve sola de ti, pero apenas ahora me doy cuenta. Quiero olvidar, quiero que el amor no exista porque tengo demasiado en mí y no sé qué hacer con él. Estoy rota. En soledad, estoy a punto de explotar, deseo morir en una explosión de estrella y liberarme, quizá morir es un pequeño pero inagotable placer egoísta, algo que sea por fin, sólo para mí, lo suficientemente bello y totalmente mío.


Mejor debiera callar, es la mejor idea, pudrirme por dentro, qué más da si digo o no digo, si no hay quien escuche, porque quién escuchará un grito que no sale de mi cuerpo, un grito que se retuerce en el principio de la garganta, un grito tan cansado que hace mucho que ha dejado de ser un grito. No hay nadie para mí sino la soledad abrupta y eterna, y el silencio.


No quiero regresar a la realidad, en esta letra existo y pienso que aunque no me leas estarás aquí porque mi pensamiento te invoca con una fuerza endemoniada y prístina, con una blancura tan grande que puede cegar al mundo. Así lo creo. Aquí existe en una clepsidra que echo a andar a voluntad, aquí me consuelo con la idea de que estás aunque no estés. Quién dijo que era mejor la realidad, yo no quiero la realidad. Aquí pido tu mano y la tengo y es verdad, no sólo un maldito recordar que en medio de la nostalgia me hace sentir que apenas te fuiste, que apenas sucedió esa lluviosa mañana en que dije que te amaba y luego te dejé ir; yo sabía, o creía saber, que aquello era lo mejor, pero esto evidentemente no puede serlo.


No, no puede ser mejor, no, no puede ser mejor estar sumergida en un fango de lágrimas y confusiones, estar siempre detrás viendo cómo los otros, los que tampoco pudieron amarme son tan felices amando a otras, nunca a mí, no puede ser mejor buscar tu aliento entre mis sábanas y tu sudor entre mi cuerpo, no puede ser mejor.


Escribo otra vez las mismas cosas, siento que he escrito las mismas frases un millón de veces, no se me va la sensación de que llevo siglos tallando la misma piedra, contando los mismos días que regresan y se van de manera cíclica, dándome cuenta de que nada en realidad cambia, sino por accidentes de alegría que no duran más allá de la luz de una estrella muerta. Escribo los mismos nombres encerrada en un miasma poblado de silencios y gritos que no escapan; crece en mi interior una masa deforme que poco a poco toma posesión de mí y empieza a susurrarme que por más intentos que haga por salir, siempre tendré que regresar.


Esta noche escribo otra vez, pienso en ti, me quedo con la idea de tu abrazo, exhalo el deseo de encontrarte y trago lentamente mi dosis de verdad, esa que me ata los pies al fango, esa que sí grita y no me deja concentrarme, esa que me dice que simplemente no estás, que para nosotros no hay tal cosa como el amor alegre, y que haga lo que haga no hay marcha atrás.


Escribo…




Music on: In the flowers - Animal Collective
Quote: "En el fonfo no tengo fondo: soy mil veces yo, ahora sin ti, cayendo con destine inexacto". Alejandro Páez Varela
Reading: Ya no te necesito - Arthur Miller

jueves, 5 de agosto de 2010

Inception



Christopher Nolan, después de 9 años de haber concebido la idea original de la película Inception (El Origen en las pobres y nunca precisas traducciones) consigue el reto de crear una película que a mi modo de ver (una cinéfila promedio) es por demás original, coherente y entretenida (y a ratos estresante).

La idea básicamente consiste en demostrar la posibilidad de acceder a los sueños de la gente, mediante un “sueño compartido” en el que varios de los involucrados en el sueño alternen en ese plano, respetando los extraños escenarios oníricos, conviviendo con las extrañezas del subconsicnete y al mismo tiempo con la conciencia suficiente para estar al tanto de cada detalle que en el sueño en sí, sucede.

Además de la originalidad de la película, los buenos actores, excelentes escenarios, tecnología y adaptación cinematográfica, me llama sobre todo la atención el tópico onírico, pues, personalmente, lo considero una de las obsesiones más grandes en mi existencia. El sueño y la posibilidad de compartir un plano predeterminado con otra persona son ideas románticas y perfectas, pero, como es de esperarse, nada viene con un auténtico final feliz. Nolan plantea que, ante tanto deseo de conservar un sueño existe el riesgo de no poder diferenciar el sueño de la realidad y, aún peor, preferir el sueño por encima de la realidad; asimismo, existe el problema  (y es el que da nombre a la película) de que alguno de los individuos con los que se comparte el sueño pueda de alguna manera alterar nuestra mente al taladrar imperceptiblemente en el subconsciente y como consecuencia, alterando nuestra forma de ser en la realidad.

El tema del sueño y la negación de la realidad me atrae bastante, y no sólo a mí, pues, remitiéndome a algunas otras producciones cinematográficas, (reitero mi poco conocimiento en ese campo), me viene a la mente Vanilla Sky de Cameron Crowe o Hasta el fin del mundo de Win Wenders en las que con sus evidentes distancias y diferencias, se puede apreciar el dilema existencial del sueño preferido frente a la realidad que se torna en algo abominable que se evita vivir. Ejemplos similares los hay en múltiples historias, que si bien no incluyen necesariamente el sueño, sí nos encantan con la alternativa de otro mundo alejado de la realidad, ahí está La invención de morel de Bioy Casares o la propia historia de Don Quijote.

¿Por qué nos siguen atrayendo esos tópicos? ¿Será acaso porque no hemos podido desentrañar totalmente la naturaleza del sueño? ¿O es que somos tan primitivos que preferimos llevarnos por aquello que es desconocido e incontrolable, pero en muchas ocasiones, más placentero?

Dejo las preguntas abiertas porque a pesar de la innegable existencia de mi fascinación por el sueño, no podría explicar del todo su naturaleza. Lo cierto es que siempre resulta atrayente un mundo donde la perfección existe y ¿qué tiene eso de malo? La moraleja es simplemente, que debemos tratar de no inmiscuirnos demasiado en esa perfección onírica, porque no es sino eso, un placentero sueño, o terminaremos congelados en un limbo ajeno e inagotable que, tristemente, nunca podrá sustituir la realidad.


Music on: Genius next door - Regina Spektor
Quote: "A veces, hay personas que pueden herir a los demás por el mero hecho de existir" Haruki Murakami
Reading: Al sur de la frontera, al oeste del sol - Haruki Murakami