miércoles, 26 de noviembre de 2008

Ausencia

Para mi Godot personal
"Cuando ya no pueda decir
volverá todavía a mi garganta el eco de tu cuerpo."
Rodolfo Alonso

Estas manos de cal
sangran de ausencia

Estos labios dormidos
buscan el cielo
hacia arriba
en el lado oscuro del tiempo

La música perpleja de la palabra
que no se escucha,
estos ojos de agua
postrados en hierros.

La ausencia vendrá
traerá frutas secas
amaneceres violetas;
tendrá el sabor amargo del goce
obtuso
inacabado
malvado
tórrido
triste

La ausencia tuya
de tu piel
lejana
etérea
helada.

La ausencia tuya no se irá
no se irá
es ilusión su partida,
regresa
de aquí no se ha movido;
mirará en mi cuerpo el laberinto
de incendios inauditos
el cuerpo erizado en secreto.

Estos pies mutados en roca
este vientre estremecido
húmedo de adentro
de soledades nimias.

La ausencia vendrá a fundir mis pupilas
a congelar mis alas negras

La ausencia tuya no se irá
porque es tuya
y no mía;
es el vacío del nombre,
tu nombre
y el infierno:


La ausencia irá desdibujando mi espalda
clavando mi piel
en lienzos deformes.

Tu ausencia arco iris
de alcobas desiertas
de engaños tesoros.
Mi ausencia imposible
de huéspedes etéreos.

Con fuego
ceniza
viento
sombras.



Music: Tears dry on their own - Amy Winehouse
Quote: "Tiempo, tiempo, tiempo inacabable en nuestras manos y nada con que llenarlo salvo con mentiras" H. Miller

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Nocturno




La luna
La luna tensa
La luna tensa reflejada
La luna tensa reflejada en estancias
La luna tensa reflejada en estancias secretas
La luna tensa reflejada en estancias secretas dormidas
La luna tensa reflejada en estancias secretas dormidas breves
La luna tensa reflejada en estancias secretas dormidas breves mezcladas
La luna tensa reflejada en estancias secretas dormidas breves mezcladas de amor
La luna tensa reflejada en estancias secretas dormidas breves mezcladas de amor terciopelo

La noche eterna encendida de tálamos abiertos callados tensos recuerdos de dolor laberinto
La noche eterna encendida de tálamos abiertos callados tensos recuerdos de dolor
La noche eterna encendida de tálamos abiertos callados tensos recuerdos
La noche eterna encendida de tálamos abiertos callados tensos
La noche eterna encendida de tálamos abiertos callados
La noche eterna encendida de tálamos abiertos
La noche eterna encendida de tálamos
La noche eterna encendida
La noche eterna
La noche

Music: Till kingdom come - Coldplay
Quote: "tal vez mañana el sol en mis ojos sin nadie" G. Owen

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Remember, remember, the fourth of november

Hoy pasaron muchas cosas. Regresé a casa deseando escuchar tu voz… te dije que te amaba y no respondiste nada; luego dijiste: No sé qué contestar, no sé si de verdad lo sientes.

Pudiste haber estado a un paso de la muerte, y sólo después de mucho fue que lo asimilé; parecía como si el Olimpo hubiera dejado bajar a unas cuantas musas o que Zeus mismo, tan importante tú, bajase su mano para tomarte desde la noche anterior y que ese día, hoy, este hoy, alguien te dijera de pronto: No, hoy termina tu servicio en Reforma, vete a la oficina de Masaryk, sí, a partir de hoy, hoy, hoy.

En el teléfono yo dije de nuevo que te amaba… y luego recordé que había hablado contigo, a las 8:13 por el celular y que cuando te contesté, antes que cualquier cosa, me dijiste: Estoy bien. Christian se rió, ¿Bien por qué?, me dijo él y yo te lo repetí al instante. Escuchábamos a The Fiery Furnaces en el auto, mientras un tráfico infernal nos atrapaba en Homero, no llegamos a tiempo al Vive Cuervo, no alcanzamos boletos, la taquilla había cerrado y en el tráfico pensaba en ti… sin saber realmente si me llamarías; fue como si mi mente se hubiera conectado a la tuya, yo pensando en que te amaba, en que te amaba mucho y que no sabía por qué por mis berrinches te había cortado el domingo… y tú llamando para decir simplemente: Estoy bien y yo sin saber por qué era tan importante que me dijeras eso en ese momento.

Hoy pasaron muchas cosas, hoy había visto a un amigo en la tarde… estaba triste. Muchas cosas, muchas cosas… Barack Obama sería anunciado presidente en la noche, hoy 4 de noviembre, no 5, no 5 de noviembre, ni 6 de noviembre, esa fecha que me recuerda a ti por una confusión pasada… Hoy en la noche muchas cosas serían otras, como siempre; Camilo Mouriño ya estaría muerto para entonces y nosotros igual de distanciados sin que ese “Estoy bien” me hubiera significado nada cuando lo pronunciaste.

Comí con Eduardo en el café que está atrás de la escuela, pedí una ensalada de espinacas con lechuga y por unos pesos más la mesera ofreció agregarle calabazas y aceitunas. Luego pedimos café: un capuchino frappé adornado con crema batida, chispas de chocolate y una cereza. Eduardo seguía triste, sus ojos me recordaban un algo que había dejado en algunos de mis escritos y que no recordaba que habían sido inspirados por ellos.

Hoy pasaron muchas cosas… estuviste en mi mente más de una vez, Eduardo me contó que tenía problemas, que no sabia cómo asegurar si su novia estaba o no siéndole fiel, ahora él se había salido de su casa y me pidió dinero porque la renta en el departamento de Andrés estaba por llegar y no tenía lo suficiente. Mientras hablábamos me preguntó por ti, si tenía novio… yo dije Sí, aún le dije que Sí y después recordé que el domingo anterior eso que teníamos yo lo había terminado de la manera más tonta y más cobarde, por mail… porque soy muy egoísta también. Y Eduardo me platicó su vida y me di cuenta de cuán iguales éramos él y yo, siempre dudando de nuestras propias aseveraciones, siempre pensando en que el otro, ese que decía que nos amaba, nos estaba engañando, no sabiendo cuán molestas podían ser nuestras dudas, apenas entendiendo que los dos nos hundíamos alimentando ideas falsas en nuestras cabezas.

No alcanzamos boletos para el concierto, Christian fue a buscarme a Las Jerónimas a las 6:10 para irnos al Vive Cuervo, me preguntó por qué no había llegado a la clase. Es que estaba con Eduardo, le contesté y de paso se lo presenté, es que Eduardo me había pedido que no entrara a clase, que teníamos que hablar, hablar y beber café mientras el mundo hacía cosas más importantes. Nos subimos al coche y dejamos a Eduardo en el metro, al despedirme me abrazó con fuerza y me besó el cuello, me sonrió y no entendí qué buscaba con esa sonrisa. Fui con Christian a buscar los boletos, por Masaryk; me acordé de ti antes de que me llamaras, mucho antes… de todo. ¿Bien por qué? me dijo Christian, y entonces tú hablaste del avionazo en el edificio de Reforma y me acordé que apenas hoy te habían cambiado de oficina; Christian me dejó en el metro Hidalgo y me dijo: Bueno, sin boletos, pero a pesar de todo aquí estamos… y... Estamos bien; se volvió a reír, yo me reí también y dije para mí misma: Cuánto lo amo… cuánto te amo a ti y sólo a ti mi amor. Y entonces la cara de Eduardo se me esfumó totalmente de la cabeza.

De regreso a casa, en el radio se anunciaban las noticias, Barack Obama estaba a punto de ganar, las votaciones aún no terminaban en California ni en Missouri, los saldos de los muertos del avionazo en Reforma estaban saliendo; y luego pensé por primera vez de manera conciente en la gran casualidad de que tú no estuvieras ahí en Reforma, o en el hecho de que no existen casualidades en la vida.

Pasaron tantas cosas… en la mañana te dejé un mensaje en el messenger diciendo todo lo que te amaba y al escuchar tu voz no me pudiste corresponder, estabas mal, cansado, confundido, pensando en ese dios en el que tú crees y en la razón por la cual estabas vivo. Yo sólo quería decirte que te amaba, y te dije que tal vez esa razón por la que todavía estabas aquí era por mí. No es sólo por ti, Adriana, dijiste. Mi nombre de tus labios me resultó demasiado fuerte, demasiado helado. Obvio no, te dije, pero eso me gustó para creerlo. Te quedaste buscando la razón de tu existencia, pensando en quién sabe qué cosas con esa mente tuya que no puedo penetrar ni entender aún. Yo pensé: Ojalá que a mí me pusieran de cara con la muerte para saber si el destino me podría recoger de pronto o si éste se puede cambiar; después pensé en Edipo y en esos dioses en los que yo no creo pero que tal vez sí te salvaron; y pensé también en lo difícil que es aceptar la existencia de los destinos y aún decir que se es libre y en la ironía de amar en ti todo eso que repudio en mí.

Pasaban muchas cosas. Mientras esperaba a Eduardo en el metro leía un libro, una serie de poesías eróticas en las que me reinventaba, el libro tenía dibujos y fotografías y había una que mostraba el pubis de una mujer abierto en flor, recreando el cuerpo de una mariposa cuyas alas se extendían a lo largo de los muslos. Pensé en ti otra vez y en ese lugar que ya bien conoces, en la humedad desbordante de tus yemas en sus pliegues. Y leía poesía, poesía de deseo y de vida…. Siguen pasando muchas cosas, tengo que entregar una reseña de ese libro. Cuando hablé a tu casa me preguntaste si tenía tarea: Sí, te dije, tengo que hacer una reseña de un libro que aún no termino de leer y pensé: Pero a pesar de eso quería hablar primero contigo. Por cobardía, por no querer develar el derrumbe de mi supuesta barrera contra ti, no lo dije.

Te dormiste, o al menos eso dijiste; no alcancé a escuchar tus últimas palabras, pero hubo un momento en que después de un largo silencio dijiste: Yo también te amo pero tú dudas mucho y no sé si tú lo sientes. Yo lo siento, sé que pude haberte perdido de haberte ido a trabajar hoy a Reforma y yo, entre mis cafés con Eduardo, mis poesías eróticas, mis travesías hacia conciertos fallidos, y mi usual desconexión de la realidad, no lo hubiera sabido, no hubiera sabido si vivías o morías y tal vez hubiera seguido enojada porque no habíamos podido hablar bien, porque no te entendía, porque me sentía abandonada, lastimada, porque no sabía, no sabía nada. Pero finalmente dijiste te amo y eso fue suficiente…

Muchas cosas pasaron hoy. Más noche, la noticia grande: la victoria definitiva de Obama, los muertos del accidente, el reloj que pasa sin que yo pueda hacer mi reseña, Eduardo que regresó a su casa para enfrentar más problemas, Christian que gastó mucha gasolina y se deprimió cuando puse a Band of Horses en el Ipod… y yo todo el tiempo, solamente pensando en ti, en ti, en ti…


Music: Portishead - The rip
Quote: "En las hogueras no es tan lenta la muerte como en tus labios." C. Nozal