jueves, 6 de agosto de 2009

Para mi nueva amiga del Facebook

Nunca fuimos amigas, pero los parámetros de amistad se alteran vía facebook, uno puede tener en su muro a cien, de los cuales, apenas hablará con veinte de manera regular. Así es esto y parece tener un cierto tipo de encanto incomprensible pero aún atractivo. Me mandaste un mensaje, seguido de una solicitud de amistad.

He estado pensando en él, por eso entré a su perfil a ver qué había de nuevo. He estado pensando en él y su existencia actual me hace escribirte todo esto. Ayer estuve a punto de escribirle algo, pero luego recordé que no tendría sentido y que la distancia en este momento es la mejor opción que encuentro para nosotros. Hace doce años eran amigos ustedes dos, él, en ese entonces, apenas me veía, yo era una niña todavía, tú platicabas más con mi mamá que conmigo, tan buena mi mamá para todo, que si se te descosía un vestido ahí estaba, era la única que sabía coser y también la única que nos ayudaba con el vestuario para las funciones. Si hablé contigo dos veces fue mucho, pero eso si, me acuerdo que me peinaste cuando fuimos a san Ildefonso porque ya se me había hecho tarde, me hiciste mi trenza con una de esas redes dobles con las que te peinabas tú, yo quería que el cabello se me viera igual que el tuyo, pero eran muy diferentes, el tuyo era abundante y largo, muy negro además, el mío estaba corto y por más spray que le pusieras, a fuerza se me levantaban los chinos de la frente.

El mensaje que me mandaste decía que siempre te acordabas de mí y claro, de mis papás.
Las cosas cambian demasiado, mi mamá y mi papá hace años que no se hablan, yo lo último que supe de él fue porque le llamé por teléfono, y por suerte, me contestó, no sé dónde vive, apenas me he enterado que está bien. Mi mamá, como te puedes imaginar, está más vieja, más cansada todos los días. Es interesante llevar la vista un poco al pasado, no mucho, sólo con voltear la cara un poco éste es capaz de interpelarnos con agresión, es como morir ligeramente al vernos tan centrados en el presente y, más que eso, en el futuro. Supongo que es una sensación equiparable a estar en los zapatos de Orfeo a través del Hades y regresar la mirada curiosa, es como si se estuviera perdiendo algo, aunque sea sólo la sensación pues en realidad es sólo concretar la verdad, ver todo aquello que ya se había perdido desde antes, pero no nos habíamos dado cuenta.


Doce años son muchos. Ví tus fotos en el facebook, me enteré de que estás casada y, por lo demás que leí, tienes hijos. Doce años son muchos, me lo siguen pareciendo y de cierto modo, también me resultan un tanto eternos.

Ahora quiero hablarte de él, porque seguro es que ha sido por él que me has encontrado. Ni te imaginas. Él, apenas puedo decirte lo que siento o pienso al respecto, yo misma no lo sé. En eso sí han sido las cosas muy iguales, de hoy a hace doce años. Nadie lo sabía, pero él fue la primera persona a la que amé en mi vida. Hace unos meses lo encontré, de nuevo por la magia de internet que destruye vidas, pero de vez en cuando las une. Tiene un hijo. No se ha casado pero vive con la madre de Diego, así se llama el niño, un nombre precioso, el mismo que yo usaría si alguna vez tuviera un hijo. Dice que no la ama, que nunca la amó y que está con ella por Diego, porque no quiere que crezca sin su papá. Yo no le he dicho que eso se me hace una cursilería, quiero pensar que cada quien actúa conforme a lo que considera correcto en un momento determinado, no pretendo entrar en discordias ni me interesa. Quizá a tí te interese saber por qué lo he visto, por qué yo que no era su amiga íntima he tenido más contacto con él que tú. Ya lo he empezado a decir, una casualidad me llevó a encontrarlo en facebook; después de un par de noches de charla por Messenger me pidió que nos viéramos, dijo que le gustaba, que evidentemente, ya no era una niña. La curiosidad fue demasiado grande, vi sus fotos y aún me parecía adorable y esa parte de niña en mí tenía deseos de verlo y besar los labios tan ansiados desde hacía tantísimos años.

Nos vimos una vez, fuimos directo a un hotel sin pensarlo más, fue una tarde memorable, ahora bañada de rosa a través del recuerdo. Yo no tenía intenciones de enamorarme, pero tampoco me interesaba mucho salir con alguien que vivía hasta el quinto infierno, con un hijo y con alguien que si bien no era su esposa, tenía que guardar las apariencias ante ella y no mencionar mi existencia. Me gusta, eso es cierto, me gusta mucho y me enoja no poderle decir lo que siento, no poder verlo más allá de un encuentro casual. Hace meses que no sé de él, cuando llama no le contesto, tengo muchas ganas de verlo, o siquiera de llamarle de nuevo y pasar horas en el teléfono hablando de todo, pero luego recuerdo que si acaso reanudo el contacto con él quizá regresemos al mismo vicio de querer vernos sólo por el placer sexual, y por mi salud mental, no quiero regresar a eso, pues a la larga me traerá malas consecuencias, no importa que ahora lo piense diario.

Es tu amigo, y es tan irónico cómo la vida se va construyendo de maneras tan intrincadas y paradójicas. Quién iba a pensar que después de tantos años el destino, si tal cosa existe, nos traería a reunirnos de nuevo. Los tres hemos cambiado, igual que lo hace toda la gente. Me resulta difícil pensarte como una madre, igual que me sigue siendo difícil pensar en él y en Diego, seguro te resultará también difícil asimilar que ya no tengo doce años, y por supuesto entrar en la profundidad del pensamiento al abstraer la verdadera naturaleza de lo que somos, pues somos los mismos que antes pero el cambio ha sido tan grande que nos pone a dudar si realmente somos los que éramos. Es como más bien, estar frente a otra persona, un desconocido que raramente se parece un poco a alguien que hace unos años creíste conocer.

El recuerdo es muy poderoso en verdad, ahora me voy acordando de otros muchos sucesos de esos ayeres ligeramente compartidos, me pregunto cómo están los demás, tus amigos, porque de los que eran mis amigos no sé nada. Recuerdo a Ticho y Zadoc y a sus respectivas novias, facebook me ha hecho partícipe de la noticia de que Ticho ya es papá y que se casó con su novia de aquel entonces. En tu perfil veo otros nombres que me resultan conocidos: Talya, Alberto, Arely y de pronto también me acuerdo que Arely fue novia de él y que hubo un viaje a Oaxaca donde se hicieron novios y yo los veía quererse mientras me estaba pudriendo de impotencia y dolor, sí, también a mis doce años.

¿Qué harás cuando termines de leer todo esto? Yo no sabría qué hacer, acaso lo consideraría un esbozo del presente construido a partir de un pasado demasiado nebuloso. En realidad no nos conocíamos tan bien, paradójicamente, con un adelanto express de mi existencia, creo que nos conocemos más, mucho más que hace años y después de esos años de silencio.

No sé qué tan bueno o malo sea reencontrarnos con gente perdida hace años. Prefiero no posicionarme en términos maniqueos y simplemente verlo como un guiño de la vida hacia nuestras mínimas y absurdas existencias. El tiempo es el único juez de las acciones humanas, y es mejor pensarlo así.

Poco me interesa seguir hablando contigo, siento que estoy hablando con una extraña que no me representa nada, que era más la amiga de alguien que mía. Tampoco me interesa mucho el futuro. Sólo sé que en ocasiones escarbar en el pasado trae noticias sorprendentes que tal vez no somos capaces de asimilar.

Seguiremos en contacto por facebook, seguramente, entraremos en los perfiles de cada una, ahora que he dado clic en el botón de dice “Confirmar amistad” y no trataremos de hablarnos, pero no será necesario pues calladamente, como sucede en esas redes sociales cuya función no es socializar de manera convencional, nos iremos enterando de los adelantos en nuestras vidas. Seguiremos siendo extrañas pretendiendo que se conocen sólo porque tiene breves episodios de coincidencia en tiempo y espacio y acaso uno que otro “amigo en común” término que no me remite a otra cosa sino a lo transparente del facebook.


Music on: I see you, I see me - The magic numbers
Quote: "Sería feliz, si supiera cómo" R. Castellanos
Reading: Canta la hierba - Doris Lessing

3 comentarios:

ESCRIBANO dijo...

Vaya, que anécdota más interesante, no cabe duda que los alcances de las redes en internet son controvertidos.

Diría que a veces lo virtual supera a lo real y que estas instancias cada vez van más de la mano. Saludos.

Anónimo dijo...

mmm.es increible que el humano tenga esa tendencia,lo que llamamos amor siempre termina llevandonos a esos lugares tenebrosos que rara vez pueden ser sorteados con facilidad....por eso es la mejor.un abrazo madame

Angel Pastrana dijo...

Mmmm, parece que el facebook no cuenta con mensajero, que pones tu mensaje aquí. Te podría recomendar el correo electrónico, es un poco más íntimo.