jueves, 2 de abril de 2009

El sabido sabor de la saliva

Nadamos en una alberca de mármol vacío
y un grito avanza placentero
desprovisto de toda humanidad.

De pronto nos convertimos en el grito que también es quietud y tiempo.

Entre nuestra piel hay fuego y hielo;
y un ruido que duerme en el agua verde de las raíces podridas
se prende a mi boca de óxido, colores e hilos.

Se oye
sí somos
la sombra
de la saliva
sanada
en secreto;
sabemos
del sabor
salitre
de esos
solitarios
sosegados
saludos
sonoros
y solos.

Acercamos la piel helada;
se mira tatuada con el nombre de otro;
nuestros ojos se encuentran en miedo y terror,
fusionan las manos y recuerdan a la pareja primera
mítica pecadora,
la estirpe que emana del goce insatisfecho
ajeno
colmado de mentiras, niebla y gusanos,
del ardid humano que confunde al amor.

Hay un tiempo enorme fecundando los huesos
un siglo de espera en los pies y las uñas demasiado vivas.

Somos la carne desnuda del llanto
el llanto está nadando en la misma agua,
agua que se bebe y no sacia porque es dura
dura de engaño al perdón de tu nombre
tu nombre en las cinco letras del deseo
el deseo perdido a través de la carne.

La carne desnuda del llanto…



Music on: Make this go on forever - Snow Patrol
Quote: "Poetry should be made by all" Lautréamont
Reading: Pajaritos - Anaïs Nin

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