lunes, 3 de enero de 2011

Año Nuevo


Para ser felices hay que convertirse en cínicos desencantados enemigos de la esperanza. Hay que dejar de preocuparse demasiado y no tomar en serio la existencia.

Ah, pero qué memorable es hacer todo lo contrario: vaciar el alma en quimeras efímeras, absolutamente bellas y totalmente irrealizables, con tal de obtener el estímulo de eso que llamamos vida y su alimento: la ilusión.

Ser feliz resulta complicado, soy exigente siempre, quiero más y más. Busco poesía que justifique la vida real y deseo un olvido enoloquecido para ignorar a ratos que todo lo que haga está condenado desde el principio.

Algo ha de haber mal en mí, tengo fallas de fábrica enraizadas en los motores de la esperanza, existe un ruido ensordecedor taladrando mi conciencia para que mi ser no desvanezca y renuncie, para que me siente alegremente como si esperara a Godot, con la firme convicción de que igual que en la obra, este magnánimo personaje sí aparecerá.

Se me caen los teatritos uno por uno, me desgasta bastante el hecho de que tenga que desaparecer y hacer como que en verdad olvido, como que no me importa, como que ya no duele y como que ya no lloro. Yo no he dejado de ser yo. Soy la misma absorta del mundo, esperando en una calma aparente por que el mundo se descentre y todo cambie radicalmente. Navego incansable, sé que el puerto del amor no reconoce mi barco, comienzo a cansarme (no sé de dónde saco fuerzas), y sigo adelante; estoy pobre de muerte, escribiendo y gritando a mis adentros para acallar el canto de las sirenas que me prometen la eternidad.

Me rompo, sigo quebrándome poco a poco tras el peso de los recuerdos. No hay manera de repararme. Estoy sola.

Terminó un año, un lapso insignificante que me ha dejado la misma desesperanza renovada por una ilusión que eventualmente se tornó en desesperanza también. Un ciclo eterno, cada vez más sofocante; mi barco no consigue navegar sino dando vueltas sobre el mismo eje imaginario, nunca va en línea recta. Se me acaba esa cantidad mínima de delirio, necesaria para no renunciar. De alguna manera u otra, sigo saliendo a flote.

Este año me permitió conocer nuevos rostros, es cierto; estoy ahora recogiendo nuevas piedras, cargando el bote con esa nueva gente que ha cruzado mi camino, como el cuervo vetusto y amenazador, sé que no se irán del todo sino que permanecerán atormentando mi vida, sin remedio. No hay manera de evitar el andar de siempre. No como uno quisiera, pero es cierto que la gente se va quedando.

Así pues existe más bien una soledad existencial invediendo todo mi cuerpo, me come por dentro por el silencio sepulcral de mi corazón deshabitado. Lo peor, ya lo he dicho antes, es que todavía no puedo decir que todo ha perdido sentido. Mi sitio infernal no me permite la bendición de la locura total ni del desencanto, soy necia, sigo intentando, subo cántaros de aguas negras como si ese fuese mi único talento.

Darme nuevos ánimos al iniciar este nuevo año es una ilusión. Ya es muy tarde para cambiar cualquier cosa, muy tarde para comprarme un poco de amor propio que me aleje de la búsqueda de la otredad y de este interminable ciclo horripilante.

Pero se acabó un año e inició otro y como soy necia y absurda, trato de repararme, aunque sepa implícitamente que tal misión es fútil. Me quedo aún con el trago amargo de la ausencia, con el determinismo y la imposibilidad del cambio, me quedo con el amor marchitándose, quemándose lentamente sobre todo lo que soy, desperdiciado, me quedo con la nostalgia de los instantes bellos y el nítido recuerdo de todo lo que ha salido mal.

Quizá otro día escriba cosas más alegres, quizá, cuando el mundo finalmente pierda todo equilibrio, cuando venga un caos colosal que me arranque de estas tristes fantasías, cuando se acabe este año, y otro, y otro más, cuando despierte, siendo un gato, en otra vida.

Music on: Citizen erased -  Muse
Quote: "La existencia podría justificarse si todo el mundo se comportara como si fuese el ultimo ser vivo. "Cioran
Reading: Antes que anochezca - Reinaldo Arenas

3 comentarios:

Fernando Brambila O. dijo...

Sí, la melancolía que viene al final de todo, imprecisa y difícil de describir pero tan cierta...

Muy buena nota.

P. D. Se te fué un error de dedo; el último párrafo dice "tristes fantazías".

Anónimo dijo...

MUCHAS VECES TRATAMOS DE REINVENTARNOS PARA PODER ALCANZAR ESA FELICIDAD PERFECTA INEXISTENTE. ME ENCANTO TU NOTA

Anónimo dijo...

"Me quedo aún con el trago amargo de la ausencia, con el determinismo y la imposibilidad del cambio, me quedo con el amor marchitándose, quemándose lentamente sobre todo lo que soy, desperdiciado, me quedo con la nostalgia de los instantes bellos y el nítido recuerdo de todo lo que ha salido mal."

Me quedo con tus palabras que a la vez se vuelven mi voz que reclama a la vida la fugacidad de la felicidad.