sábado, 9 de julio de 2011

Decálogo

A veces la incertidumbre de la existencia deja de ser un problema y se convierte en una esperanza. Es raro, en especial, no repudiar la esperanza y saber que ésta proviene de un momento de revelación de la realidad, no de una quimera de ensueño.

Hay que seguir adelante, pues, siempre. Tengo presentes mis propias reglas para la sobrevivencia, quizá no sirvan, no funcionen, pero es mejor, creo yo, realizar las propias a copiar las que mandan por correo electrónico o las que se forjan en la colectividad.

Un decálogo de vida no existe, es imposible abarcar todas las situaciones y variantes de las cosas pero siempre necesitamos un anclaje, un asidero, algo que nos recuerde que hay orden en medio del caos de la existencia, que hay una manera de construirnos.

Como reinventarme no me resulta sencillo trato de no perder mi propia guía:
Regla número uno: no olvidar
Regla número dos: no sufrir con el recuerdo
Regla número tres: amar siempre
Regla número cuatro: no creer mentiras
Regla número cinco: no querer cambiar a las personas
Regla número seis: correr en contra del mundo, las veces que sea necesario
Regla número siete: saber que el presente es todo lo que existe
Regla número ocho: no dejar que el corazón se pierda sin que la razón esté cerca para encontrarlo
Regla número nueve: soñar
Regla número diez: no depositar grandes esperanzas en la breve existencia


Music on: Ára Bátur - Sigur Rós
Quote: "La alegría de perderse es una alegría de Sabbat. Perderse es un peligroso hallarse" Clarice Lispector
Reading: Revólver de ojos amarillos - J. M. Servín

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