viernes, 12 de enero de 2007

Los Reyes y los Dioses

Cuando era niña, a mí como a millones otros, me contaron la terrible historia de los Reyes Magos, (si, es terrible, ahora verán por qué); se trataba de unos misteriosos seres de Oriente que traían regalos a los niños. Claro, uno es tan inocente que se cree todo (o casi), y todo para que luego llegue la desilusión terrible cuando la realidad se torna evidente y uno acepta que no hubo nunca tales Reyes hacedores de regalitos.

Estando en estas fechas en las que se recuerda a los Magos y sus ridículos juguetes, me pongo a reflexionar un poco sobre la naturaleza de esta creencia; parto por un comercial de televisión en el que me llama la atención la forma de ver la existencia de los Magos y lo que conlleva; Está una niña que le dice a su mamá que ya se ha enterado de que su papá es Santa Claus (si, el panzón que también trae regalos mágicamente). Lo curioso del comercial (y que es lo que más molestia me provoca) es que la mamá, al ver que en realidad la niña no ha descubierto la naturaleza del engaño sino que a su forma sigue creyendo que existe el mágico Santa Claus, no hace nada por sacarla del error en que ella misma la ha puesto, sino que sigue adelante con el engaño. Y el comercial, de cuya publicidad no especificaré, cierra con la frase "Vivir es increíble" (para nada de acuerdo con lo que anuncia, a mi modo de ver).

El caso es que los Reyes y el Sr. Claus alimentan la misma idea absurda y prescindible que consiste en engañar a los niños de una forma estúpida; claro, el adulto se cree mucho porque piensa que debe preservar la "ilusión", pero están equivocados pues desde niños, todos deberíamos saber que no hay tal cosa como los Reyes y los mismos adultos se deberían sentir avergonzador por llenar a sus hijos de ideas idiotas.

Yo dejé de creer en los Reyes Magos cuando tenía como nueve años y dejé de creer en Dios aproximadamente a los dieciocho; actualmente, si me preguntan, el cuento de los Reyes y el de Dios son la misma cosa, una para que se la crean los niños y otra para los adultos, porque en esta sociedad sin-sentido existe la idea de que se tiene que depositar la fe de uno mismo en cosas inexistentes y tontas.

Sólo hay que ponerse a pensar un poco... los niños no son tan tontos en realidad, es el adulto enfermo de esta existencia vacía el que deposita ideales que el ser humano no necesita de por sí.

Pensemos, no engañemos a los niños, porque sólo les otorgamos la ilusión que eventualmente tendrán que perder porque el mundo real no admite sueños en seres misteriosos creadores de regalos y no sé, mi apuesta es que si desde niños de cortan las creencias absurdas, eventualmente la sociedad dejará de aceptar enagenados inseguros que siguen creyendo en Dios. Pensemos, y pensando el teatro de la ilusión se viene abajo, indiscutiblemente. Lástima que eso de pensar no es una actividad preferida por el grueso de la sociedad y lástima que unas simples palabras no puedan cambiar al mundo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Amandisima!!! Honestamente siempre me ha gustado tu forma de escribir, cualquier suceso cotidiano escrito por ti se vuelve apetecible a la lectura. Esa mención honorífica es tan sólo el inicio de una buena escritora. Nunca dejes de hacer lo que te apasiona: escribir, y ya sabes que siempre estaré aquí para leer.
Tqm.

Anónimo dijo...

Hola ady:
Recuerdo que cuando ibamos en la primaria eras una de las niñas a las que admiraba, hoy eres una de las mujeres a las que más admiro por tener el valor de estudiar lo que querías, por dedicar tu vida a lo que te apasiona, por crear y recrear historias tanto existentes como inexistentes. Sigue échandole ganas, yo estoy segura de que llegaras hasta donde desees. Escribir es uno de los mayores placeres de la vida, para quien lo hace y para quien lee lo escrito. Los premios no hacen falta, lo que realmente importa es el valor que tú y tus seres queridos dan a lo que haces. Felicidades!!! Yo te ofrezco mi apoyo incondicional y mucho cariño.

Unknown dijo...

¡Caramba!

Que tal, tan solo pasaba por el Reforma, y en mi ánimos de conocer contenidos entre aquellos que gustan de usar la red para fines distintos me topé con tu blog.

Me llamaron la atención varias cosas, en primer lugar (y quizá sea un viejo prejuicio no en vano alimentado por los años) de que escribías muy bien, pero no solo eso, sino que el pensamiento que acuñas viene precedido de una lógica y una crítica poco usuales hoy en día. Me dio gusto leerte, la verdad, de hecho te iba a poner otros comentarios en las diferentes entradas, pero seguía leyendo y leyendo hasta que finalmente di con esta primer entrada.

Al igual que tu yo me he dedicado a criticar de manera sistemática a la cultura occidental, así como a la orientación del pensamiento, hecho que me ha traído momentos de lucidez y otros de inmensa frustración. Para el caso de los reyes magos, que en este caso sería el tema de la presente, al igual que otras deidades emanadas del pensamiento occidental no me queda más que compartir la esencia de la mismas, la falta de crítica y la entrecortada visión con la que hemos sido "adoctrinados" por las generaciones superiores, como legado y como instructivo a la supervivencia. Mi principal crítica es esa, la falta de Crítica a los cánones dictados y a la incapacidad del humano para repensarse más allá de las fronteras ilusorias que él mismo se ha creado. En fin, son muchas ideas, muchos críticos, y siemplemente quería mostrar mi solidaridad y placer al encontrarme con gente como tu.

Un gusto y sigue escribiendo,que como bien dice otros de tus escritos, o al menos es lo que yo creo es una de las formas e plasmarse más allá del ser, finalmente, más allá de las palabras cuyo valor parece efímero, el poder de la escritura trasciende el tiempo y es, a fin de cuentas, el cimiento mismo del desarrollo humano en su máxima expresión.

Saludos.