No
quería el jardín para vivir
sino
para contemplar la belleza de sus seres.
Quería
la sombra de sosiego en sus árboles
y
la calma de yacer sin pensar.
Quería
quedarme quieta como esos frutos listos para devorarse,
esperar
como aquéllos,
rebosantes
de vida sin vivirse
descansar
en aguardo del destino,
de
una mano que los tome,
de
una vida que los necesite.
Porque
también soy un fruto maduro que la tierra expulsa
y
que debe cumplir su función:
esperar
nutrir
servir.
Pero
no todos los frutos sirven.
El
jardín escondía retazos oscuros: frutos secos.
El
jardín que yo buscaba no era el de las luces y los colores
sino
el de la putrefacción.
Supe
entonces que mi existir entre la espera formaba parte de otro destino,
que
yo no estaba hecha para saciar,
que
mi ser era como el de aquéllos de olor rancio y piel seca,
que
yo debía yacer inerte hasta la pudrición.
Corrijo:
sí
quería el jardín para vivir,
lo
quise siempre identificada con esa especie en abandono,
hecha
menos.
Porque
vivir es también esperar y no lograr,
esperar
y no servir,
esperar
y marchitarse.
Vivir es también esto: pudrirse.
Music on: Fool for you - Phillip Phillips
Quote: "el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles" J.L. Borges
Reading: Miss Dalloway - Virgina Woolf
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