martes, 5 de enero de 2016

El jardín

No quería el jardín para vivir
sino para contemplar la belleza de sus seres.

Quería la sombra de sosiego en sus árboles
y la calma de yacer sin pensar.

Quería quedarme quieta como esos frutos listos para devorarse,
esperar como aquéllos,
rebosantes de vida sin vivirse
descansar en aguardo del destino,
de una mano que los tome,
de una vida que los necesite.

Porque también soy un fruto maduro que la tierra expulsa
y que debe cumplir su función:
esperar
nutrir
servir.

Pero no todos los frutos sirven.

El jardín escondía retazos oscuros: frutos secos.
El jardín que yo buscaba no era el de las luces y los colores
sino el de la putrefacción.

Supe entonces que mi existir entre la espera formaba parte de otro destino,
que yo no estaba hecha para saciar,
que mi ser era como el de aquéllos de olor rancio y piel seca,
que yo debía yacer inerte hasta la pudrición.

Corrijo:
sí quería el jardín para vivir,
lo quise siempre identificada con esa especie en abandono,
hecha menos.

Porque vivir es también esperar y no lograr,
esperar y no servir,
esperar y marchitarse.

Vivir es también esto: pudrirse.


Music on: Fool for you - Phillip Phillips
Quote: "el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles"  J.L. Borges 
Reading: Miss Dalloway - Virgina Woolf

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