Hace unos días alguien preguntaba en su Facebook si acaso las cosas que sucedían ya estaban escritas o si el ser humano era dueño de su destino. Yo contesté que es cuestión de perspectiva personal, a mí me gusta pensar que soy libre y que no hay un plan trazado pues, como dijera Sartre, asumir que hay alguien o algo que conoce de antemano nuestras acciones, además de coartear la libertad, permite culparlo por las cosas que no salen bien. Sin embargo, lo admito, la vida es tan perra que a veces pareciera que de hecho alguien conspira en contra de uno; al mismo tiempo es tan absurda y accidental que mejor nos valdría dejar de pensar al respecto y asumir que la primera premisa, bien nos puede dar igual pues no sabremos cómo resolverla.
No es algo sencillo, como ya a estas alturas nos habremos dado cuenta. Veamos algunas situaciones interesantes al respecto.
Parto del supuesto existencialista que afirma la no existencia de Dios y la sí libertad del hombre. Dice Sartre que como no hay un Dios el hombre puede ser totalmente libre y hacer lo que guste de su vida. En su línea de pensamiento esto implica que la libertad absoluta lejos de generar bienestar, crea una angustia terrible pues no hay ninguna fuerza mayor al hombre a la que le pudiésemos atribuir la causa de nuestro errar.
Para lo anterior, un ejemplo burdísimo: Estoy a punto de decidir si debo quedarme en el trabajo que tengo o cambiarme a otro que parece ofrecerme mejorías y nuevas posibilidades. Yo, como hombre libre, decido cambiarme de trabajo, pero después de unas semanas me arrepiento y me doy cuenta de que me está yendo peor y que desearía haberme quedado donde estaba. Entiendo que no es una decisión trascendental, pero el punto es que he decidido eso y cualesquiera que sean las consecuencias sé que las estoy viviendo a causa de mi decisión. Ahora bien, si hubiese dejado la decisión a Dios, si le hubiera pedido una señal para que me indicara qué elegir y si de algún modo hubiera existido tal señal y de cualquier modo hubiera optado finalmente (por el conducto de Dios) a cambiarme de trabajo, con el mismo resultado, entonces yo podría pensar que esa decisión, aunque mala de inicio, forma parte de un plan que Dios tiene para mí (¿acaso no es esto lo que muchas personas piensan actualmente? ¿acaso no se le reza a Dios para que se haga su voluntad aún si eso nos lleva entre las patas? pero eso es otra historia...) y he ahí que ya no fui totalmente responsable de mi decisión sino que estoy siendo parte de un plan mayor que no comprendo pero que me llevará a la larga a un buen lugar. Todo lo anterior, un ejemplo banal para aterrizar el pensamiento de Sartre.
La persona que preguntaba eso en Facebook luego agregó el ejemplo de un niño que ha sido violado para abrir la pregunta: ¿el niño eligió su destino o tal cosa pasó porque así debía suceder por algún plan mayor? A lo que yo contesté que en ese caso particular, el maestro trazador de planes era un desgraciado que no tendría por qué jugar de esa forma con la gente (ahí está Jehová con el buen Job); de cualquier modo, como mi postura es descartar a ese ser supremo que lo sepa todo y ante esas cosas horribles que sí suceden a quien no lo merece, sólo puedo regresar a afirmar la condición de la existencia que es una perra (ya lo había dicho), y que todo lo que pasa es un enorme accidente al cual no hay que buscarle justificación porque no la hay.
Después de pensar en eso me viene a la mente de nuevo la situación de la libertad del hombre. Si es que fuimos creados por un Dios omnisciente, no tenemos verdadera libertad; Dios lo sabría todo, incluso lo que nuestro andar nos llevaría a hacer. Me explico un poco: cuando Adán y Eva mordieron la manzana, Dios ya lo sabía, puesto que todo lo sabe, entonces, como él ya sabía lo que harían, la libertad otorgada a los primeros hombres fue una falsedad. Ergo, el hombre no hace su destino, Dios lo controla.
Ahora bien, todo regresa a Sartre, la libertad es angustiosa pues no hay a quién culpar de nuestros actos. Adán y Eva, por mucho que fueran expulsados del paraíso aún tenían el consuelo de que no estaban solos y que podían voltear la cara a un ser que ya conocía lo que les iba a suceder. Por supuesto que de aquí se abrirían muchas más preguntas concernientes a la naturaleza de Dios y su maldad, al menos el Dios de la Biblia que no es una buena persona, pero eso no es un asunto a discutir en este momento.
Etá también otro grande del existencialismo, Albert Camus, para quien todo es más sencillo: la libertad existe, sí, pues también niega la existencia de Dios, pero toma una vía más simple, por así decirlo, él asume que la vida es un total absurdo en el que todo se repite sin lograr nada realmente, llena de decepciones, angustias, torturas y donde da lo mismo hacer o no hacer algo pues todo es así, tan absurdo, que no vale la pena desgastarse en preguntas al respecto. El existencialismo, a muy grandes rasgos, es darse cuenta de que no hay un asidero posible en el mundo y qué solo nos queda aprender a vivir con esa certeza presente.
Yo, humildemente, me quedo con Camus, acepto que nada tiene sentido y que todos los días despertamos en un mundo que le hagamos como le hagamos está descompuesto y totalmente olvidado de la mano de su creador (si es que alguna vez existió), entonces, habría que simplemente seguir adelante (el suicidio no es válido pero esa cuestión también sería para otro momento) y evitar que la libertad sea motivo de angustia, pues se tome la decisión que se tome esta existencia es muy breve, muy tonta, muy accidental, muy absurda pues y no hay razón para estresarse demasiado por ella.
Así pues, si está hecho el destino o si uno lo elige, resulta ya irrelevante y repito, es simplemente cuestión de perspectiva y de elegir lo que nos ayude a sobrevivir sin suicidarnos.
Music on: As you are - Travis
Quote: "por chuparse los dedos vino el sastre y se los cortó con sus grandes tijeras" Salvador Elizondo
Reading: Declaración de fe - Rosario Castellanos