Inspirado por y dedicado a Severino Salazar
De vez en cuando amarro un espejo a mi quijada y hago de cuenta que voy caminando por las nubes
aunque mis pies se vayan ahogando más y más en el fango.
Qué más me queda sino negar la realidad por un rato.
Pienso que mi cuerpo es como una cebolla y cuido celosamente cada una de sus capas;
A veces pego la oreja a un caracol para escuchar el sonido de la nada,
y ahogo el canto de mis pájaros —antes ciegos por mis manos—
abro sus jaulas y les doy la libertad de irse a estrellar con los árboles.
Siempre hay más pájaros en la casa,
a los demás sobrevivientes les ahorco el pescuezo para ahorrarles la pesadumbre de existir
y a los huevecillos los arrojo al suelo, los miro convertirse en un hermoso caos amarillo.
Quisiera también, un día u otro, llevar un barril de chapopote hasta la cuesta de un monte
para seguir construyendo la misma empresa,
sin desgastes mayores.
Así sabría con certeza que al rodar el mismo peso
me ahorraría las variantes del fracaso.
Sentiría la alegría inaudita de existir sin esperanza y sin sentido.
Sería feliz.
Music on: Waiting in vain - Northern lights
Quote: "Si tengo talento para algo lo uso para subir cántaros de aguas negras" Alejandro Páez Varela
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