martes, 27 de julio de 2021

La falsa eternidad





Somos dados a pensar en la eternidad, o al menos en que, a pesar de que las cosas cambien, siempre habrá algo en nuestras vidas que será constante y que estará ahí sin importar lo que suceda. Más o menos así se piensa cuando uno se matrimonia y cuando tiene amigos muy queridos y cuando encuentra el trabajo soñado. Existe ahí ese deseo de que haya cosas que se queden y que aguanten a pesar de que todo lo demás se caiga.


Tristemente no es así. Y cuesta trabajo entenderlo porque el discurso de lo eterno inunda las películas con sus historias de finales felices. Por lo general la realidad es más tremenda que la ficción, y cuando en la ficción las historias son terribles como en la realidad no hay el mismo auditorio entusiasta que las quiera ver.


Quizá nos gusta creer en lo eterno (al fin y al cabo, la religión que domina en el país incita a que esa es la verdadera recompensa), entonces trabajamos para que las cosas sigan iguales sin pensar que esto es imposible. Una vez más me suelto a escribir a partir de lo que pasó en Facebook, porque todos los días reviso mis recuerdos y hay ocasiones en que termino sorprendida de estos cambios en mi vida. Me tocó ver un álbum de fotografías que subí en julio de 2011 sobre una “fiesta de despedida” que hicimos mi amigo Fernando y yo puesto que al mes siguiente nos embarcaríamos a la aventura de estudiar la maestría fuera de la ciudad. No me sorprende verme distinta a mí, porque yo no he cambiado físicamente casi nada. Más bien es la gente, pues de la mayoría de los invitados reconozco que en nuestra relación hubo un quiebre, un cisma, un distanciamiento declarado y explícito. 


No crean que no me pongo a pensar seriamente si la del problema soy yo, si la que ha roto los lazos soy yo y que nada más le estoy echando la culpa a la circunstancia, a la evolución, a los cambios en la existencia, a la madurez o a cualquier otra cosa que se me pudiera ocurrir. Muchas veces he pensado que he sido yo. Y a ratos me lamento y pienso que estoy mal, pero también me pasa que entiendo; es decir, ya he procesado la verdad de que mucha gente no tiene sentido de seguir ahí, y que sí, hay casos en que yo misma la he hecho a un lado, pero no dejo de estar convencida de que ya no tenían nada que hacer cerca. 


Tampoco es tan así en todos los casos. En las fotos aparece mi novio de entonces, que con todo lo que pasó y ya viéndolo en perspectiva, ni siquiera sé si deba ponerle la etiqueta de novio. Voy a detenerme en este caso. Sí, algo teníamos ahí los dos, en esa fiesta estaba él y un par de amigos suyos (que eran novios). Él terminó conmigo en 2013. La pareja que entonces conformaban sus amigos se deshizo más o menos en ese año o uno después, quizá. Ahora ella está casada con otra persona y tiene un bebé y un perro. A él hace un par de años lo topé en una feria de libro y lo incorporé de nuevo a mis amistades de Facebook, pero eso no significó la gran cosa porque ni hablamos. Mi exnovio me tiene bloqueada de Facebook y Twitter, del Whatsapp no, sólo porque no tiene mi nuevo número; de Instagram no, pero da lo mismo porque su cuenta es privada. En fin, en esas fotos la historia era muy diferente. 


Me detengo en otro caso. Mis amigos de entonces. A uno lo eliminé porque se convirtió en gordofóbico, esto ya tiene algunos años que sucedió. A otro lo quité hace unos meses porque me cayó mal su delirio de superioridad y juicio. A otra amiga la perdí porque no la invité a mi boda (el caso es mucho más complejo para este breve espacio) y ese evento generó un cisma irreparable. Otra más no es que me haya dejado de hablar, simplemente nos distanciamos y como hace poco fue su cumpleaños me nació escribirle algo, ella me respondió diciendo que tenía las puertas abiertas de su casa y que no había ni enojo ni rencor o algo así, ¿rencor? Yo no había contemplado siquiera que pudiera haberlo, entonces no entendí nada. Bueno, supongo que algo se podrá hacer ahí. 


Viendo las cosas en perspectiva entiendo que la vida, como decía mi mamá, da muchas vueltas. Aquella amiga a la que no invité a mi boda basaba sus argumentos de amistad en la eternidad. Ni modo, hay cosas que no se pueden sostener (el asunto es de verdad mucho más complejo), ya que todos tomamos las decisiones que en ese momento consideramos mejores para nosotros y nadie tendría que reclamarnos por ellas.


Es muy curioso cómo se dan en ocasiones las cosas. La vida es verdaderamente impredecible y no deja de sorprenderme lo diferente que es al día de hoy en algunos aspectos. Muchas cosas no dependen nada más de uno y creo que es importante darse cuenta de que la nostalgia por la amistad no es suficiente para sostener una que se está desmoronando por nuevos factores y porque cada vida cambia hacia direcciones insospechadas. 


Hace tiempo me dolía, quizá ahora soy demasiado radical porque he decidido cortar de tajo en muchas ocasiones. Vaya, a mí también me lo hicieron y sigo viva. Lo entiendo como parte de existir. Afortunadamente, siempre hay nuevos encuentros, nuevas amistades y relaciones afectivas que se dan a partir de las personas en que nos hemos convertido. Después de esa fiesta he conocido a tantísima gente (a mi esposo no lo conocía entonces y de no haberme ido seguramente no lo hubiera conocido). Si por alguna razón ya no me identifico con ciertas compañías entiendo que es por múltiples razones y sobre todo porque la eternidad no existe, mientras que el cambio sí, la perspectiva distinta, la evolución. Parecen pretextos, pero a mí me resultan verdades fundamentales.


No deja de dejarme pensando todo lo que se va, lo que se pierde. Aunque por ahí hay cosas que siguen y me dan esperanza, también las veo como pasajeras, porque nada tiene la garantía de permanecer para siempre.



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Music on: Alewife - Clairo

Quote: "La persona muere, pero no piensa, no puede creer que se está muriendo". Svetlana Alexiévich
Reading: Bajo el volcán - Malcolm Lowry

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jueves, 22 de julio de 2021

Reseña del libro "Los divinos" de Laura Restrepo



Laura Restrepo consigue, con el excelente manejo del lenguaje, una historia narrada en voz de uno de los personajes centrales de esta novela: apodado Hobbit (entre otros) cuenta como un testigo lejano, pero al mismo tiempo cómplice, la tortura y asesinato de una niña de siete de años a manos de uno de sus compañeros de escuela.

El tema de este libro es la violencia. Es parte fundamental y motivo de la novela esa violencia que un hombre adinerado ejerce frente a una niña pobre. Pero por otro lado, y quizá de manera velada pero muy central para el actuar de los personajes, el poder y la conciencia de impunidad que conlleva este poder son el eje conductor del libro.

Cada capítulo está titulado con el nombre de uno de los cinco miembros de esta hermandad o banda de amigos llamada los Tutti Frutti, a excepción del capítulo central titulado “La niña” en donde se cuentan los pormenores del crimen. La banda está compuesta por cinco personajes, todos con sus características peculiares, pero todos también adinerados y de cierta posición social. Como toda banda, la alianza de complicidad es casi una obligación, algo que no se discute. La hermandad y la amistad existe en ellos para cubrirse las espaldas en las buenas y en las malas, aun cuando uno de ellos sea un asesino.

Sin embargo, luego del crimen cometido por el llamado “Muñeco”, el resto del grupo se ve escindido y fuera de balance. A partir de este hecho se demuestra que su tan sonada hermandad se quiebra cuando cada uno necesita ver por su propio beneficio y no importa perjudicar a los demás si es por salvarse sólo a sí mismos. El “Muñeco” traspasa los límites “regulares” de sus maneras de diversión y su grupo de amigos se muestra dispuesto a ayudarlo, hasta que, por distintas circunstancias, deja de hacerlo y, quien decide continuar en la lealtad, corre con la peor de las suertes.

Laura Restrepo escribe esta novela inspirada en hechos reales: un caso bastante sonado en Colombia en el que Rafael Uribe Noguera, bogotano de clase privilegiada, asesina a Yuliana Samboní, una niña de siete años de uno de los barrios pobres de la ciudad. En la novela la autora busca demostrar la desigualdad que existe en la sociedad colombiana, donde muchos de los jóvenes adinerados se sienten con el derecho de utilizar a aquellos que no pertenecen a su mismo estatus social, y donde la muerte de una niña de zonas marginadas trasciende sólo por la denuncia unida y organizada de la gente que pone de cabeza la ciudad para exigir justicia por el asesinato. Y lo logra. La autora nos revela una muchedumbre fúrica que como en Fuente Ovejuna quiere tomar las riendas del caso y condenar al asesino que es arrestado en un edificio de departamentos.

Con maestría y una disección cuidadosa de los hechos, la autora cuenta esta historia a partir de las particularidades de cada uno de los miembros de la banda. A lo largo de sus breves capítulos nos deja ver algunos rasgos propios de su época, así como sus gustos en música, lugares, comida, sus expresiones, espacios de divertimento y costumbres. Al mismo tiempo, aunque de manera sutil, retrata cómo entre los cinco amigos, también existe una diferencia de clase y un rol propio que deben seguir para seguir formando parte de la élite imaginaria del grupo.

El libro contiene pocos detalles del asesinato en sí. Se concentra más en el “entierro” ejecutado con flores y adornos en el agua. Curiosamente nos muestra apenas lo suficiente del asesino en sí. Su participación más cuantiosa está en la orquestación de su propia huida donde se aprecian su cinismo y su sangre fría. El asesino, entonces, se construye sobre todo a partir de las impresiones y opiniones de sus amigos y concretamente del narrador protagonista quien, de una forma cobarde y casi obligada, contribuye a entregar evidencia incriminatoria.

Esta novela es muestra de la gran maestría de Laura Restrepo en cuanto a la estructura narrativa y la manera tan inteligente de presentar personajes que de a poco van contribuyendo a una historia del poder que pudre y permite que la violencia y el asesinato se vean como una pequeña consecuencia para conseguir lo que se quiere.


Restrepo, Laura, Los divinos, Alfaguara, México, 2018


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Este texto se publicó originalmente en el sitio web: Fahrenheit 452

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Music on: I'm outta time - Oasis
Quote: "Toda palabra está de más / Estar de más duele" Berta García Faet
Reading: Antes del exilio - Jazmín García Vázquez

viernes, 16 de julio de 2021

Mundos posibles y libre albedrío



Ted Chiang explora en más de uno de sus extraordinarios relatos el tema del libre albedrío y una de sus sentencias bases: para que una acción sea elegida libremente, debemos haber tenido la posibilidad de hacer una cosa distinta en las mismas circunstancias exactas. Lo que sucede al tomar una u otra posibilidad —dado que no es posible experimentarlo en la vida real— se convierte en una hipótesis atractiva a explorarse en la ficción y es doblemente estimulante si lo podemos trasladar a nuestras propias vidas, pues la pregunta sobre el “qué hubiera pasado si en tal situación elijo esto y no aquello” se presenta más de una vez en nuestra existencia.

La ficción gusta de ofrecernos estas alternativas con diferentes acercamientos y matices. Uno de los ejemplos más famosos está en la película El efecto mariposa donde por causas desconocidas (y para las que no necesitamos tener explicación) el protagonista es capaz de viajar a ciertos episodios de su infancia mediante de la lectura de sus diarios. Una vez en el pasado, logra hacer pequeños cambios que, por muy mínimos que en ese momento lo parezcan, alteran fuertemente el futuro.

La clásica Volver al futuro se mueve más o menos bajo esta misma premisa: realizar algún cambio en el pasado repercutirá indudablemente en la manera en que se forje el futuro. Esta película (así como las otras dos que conforman la trilogía) es mucho más jocosa al respecto, por supuesto, y gusta de insertar detalles simpáticos que de todas formas complementan la coherencia de la premisa.

Las vidas posibles de Mr. Nobody es otra película que apuesta por mostrar diferentes mundos posibles a partir de ciertas decisiones que realiza el protagonista en su infancia y adolescencia. De una manera más inteligente y compleja que lo que presentan las otras dos películas, al final se demuestra lo mismo: que cada cambio, cada palabra, cada decisión son suficientes para repercutir en el futuro y lo hacerlo distinto.

Con Ted Chiang, aunque el tema de las decisiones es crucial, existe una propuesta distinta para el desenlace. El cuento “La ansiedad es el vértigo de la libertad” (título que después supe le vino de Soren Kierkegaard), trata de que, a pesar de las decisiones diversas, el futuro no se verá alterado de ninguna manera, lo cual cuestiona la el libre albedrío pues elegir una alternativa u otra conlleva al mismo resultado final. Este relato plantea un mundo en el que, a través de un objeto denominado “prisma”, las personas pueden ver cómo son sus vidas en una suerte de universo paralelo. El relato es extenso y tiene muchos aspectos interesantísimos, así como personajes complejos, pero sólo voy a rescatar una pequeña historia: Natalia, una de las protagonistas, cuenta que hubo un suceso en su adolescencia que, está segura, fue el causante de que su amistad con Vinessa terminara. Una maestra las descubre a ambas en el instante exacto en que están escondiendo droga, esto obviamente será un motivo de castigo. En uno de los mundos posibles, Natalia se culpa para eximir a Vinessa; en otro, Vinessa asume la responsabilidad total, lo que libera de culpa a su amiga. En un tercer mundo ambas se hacen responsables por igual. 

Ted Chiang cierra su relato con la declaración apabullante de que sin importar la decisión que una u otra tomaran, sea que se hiciera la culpable una o la otra o ambas, esto no alterará el destino de su amistad, es decir, independientemente de esa decisión en particular, las amigas toman rumbos separados poco después del suceso y no vuelven a encontrarse. Esta lección es muy dura para Natalia, pues siempre estuvo convencida de que por la decisión que tomó en uno de los escenarios (en ese momento en desconocimiento de los demás) había ocasionado el distanciamiento y la ruptura.

En otro relato de Ted Chiang: “El comerciante y la puerta del alquimista”, aunque es totalmente diferente en escenarios, personajes y tono que el citado anteriormente, busca demostrar más o menos lo mismo: sea que una persona altere el pasado, esto no repercutirá en el futuro pues éste ya está de alguna manera “escrito”. El cuento parte de la premisa de que todos en algún momento coqueteamos con la posibilidad de poder alterar algún elemento de nuestro pasado, y propone un relato con viajes en el tiempo en el que, aunque se crea que se están alterando cosas, al final esas alteraciones no repercuten en el futuro. De nuevo cuestiona este momento en que el libre albedrío nos permite evaluar distintas posibilidades y elegir libremente la que mejor consideremos, es decir, es posible hacerlo, pero de cualquier manera existe un destino inamovible que prevalece a pesar de que en un viaje al pasado se cambien algunas situaciones.

La perspectiva de Ted Chiang en estos dos relatos citados me parece interesantísima, porque justamente confronta acercamientos que la ficción ha tenido con el tema. Frecuentemente me planteo sobre mi propia vida y me hago la pregunta de “que hubiera pasado si”. Pienso seguido qué sería de mí o dónde estaría ahora y de qué manera de haber elegido un camino o el otro. Tengo algunos instantes de decisión especialmente arraigados en la mente, pero ahora mismo les comparto uno: ¿habría conocido a mi marido si no me hubiese ido a estudiar la maestría a Guanajuato? Ted Chiang diría que sí, de una o de otra forma sí. Pero los fundamentos de las películas citadas dirían que no, que el más mínimo cambio ofrecería una vida totalmente distinta. Da mucho qué pensar, ¿no?

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Referencias:

Chiang, Ted, “La ansiedad es el vértigo de la libertad”; “El comerciante y la puerta del alquimista”, en Exhalación, Sexto Piso, México 2020. 

Bress, Eric (director) (2004), El efecto mariposa, BenderSpink / FilmEngine / Katalyst Films

Van Dormael, Jaco (director) (2009), Las vidas posibles de Mr. Nobody, Pan-Européenne

Zemeckis, Robert (director) (1985), Volver al futuro, Amblin Entertainment / Universal Pictures

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Este texto también se publicó en el sitio Los Ojos del Tecolote como parte de la columna quincenal "Pequeñas magias inútiles".

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Music on: Pink rabbits - The National
Quote: "Es el amor, tendré que ocultarme o que huir". Jorge Luis Borges
Reading: Las malas - Camila Sosa

viernes, 9 de julio de 2021

Poemas de aquí y allá

Estos poemas fueron publicados en su conjunto en el sitio: Tercera Vía en la sección de #vocesvioletas que es un espacio semanal dedicado a la literatura escrita por mujeres. Los dos primeros aparecen en el libro Nido de poesía. Primera generación, editado por LibrObjeto editorial. El resto forma parte del libro ¿No habrá puerta de salida? editado por Casa Editorial Abismos. 





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"El jardín"

No quería el jardín para vivir
sino para contemplar la belleza de sus seres.
Quería la sombra de sus árboles y la calma de yacer sin pensar.

Porque también soy un fruto maduro
que la tierra expulsa y debe cumplir su función:
esperar, nutrir, servir.

Pero no todos los frutos sirven.

El jardín escondía retazos oscuros: frutos secos.
El jardín que yo buscaba no era el de la luz y el color
sino el de la putrefacción.

Supe entonces que mi existir entre la espera
formaba parte de otro destino.
Yo no estaba hecha para saciar;
mi ser era como el de aquellos de olor rancio y piel seca
yo debía yacer inerte hasta la pudrición.

Entonces corrijo:
Sí quería el jardín para vivir.
Yo era parte de esa especie en abandono hecha menos.

Porque vivir es también esperar y no lograr
esperar y no servir,
esperar y marchitarse.

Vivir también es esto: pudrirse.


***

"Carta a destiempo"

El día de tu muerte me despedí
y tus ojos, canicas vidriosas y desgastadas,
miraban fijos a un lugar que no estaba en ese cuarto.
Pasaste meses en la cama de hospital vomitando todo lo que comías,
no supe si sentías dolor,
porque el silencio era una planta que ya envolvía tu anatomía.
En las horas en que mirabas al techo tus lágrimas caían hacia adentro
regando esa maleza que te engullía poco a poco.

Nunca fui buena como tú para el silencio,
Ignoraba qué decir porque ya era inútil ayudarte.
Cuando fui a verte, perdón por eso, de mi boca brotaban tonterías
que llenaban el aire para ahuyentar el vacío por tu inminente deceso.

Una tarde el cansancio te arrebató la última sonrisa,
meses de recuperación fracasada acabaron con los ímpetus:
la última vez que te miré fue cuando yacías en paz, por fin, adentro del féretro,
¿quién mandó que te pusieran el traje negro?
El mismo que usaste para mi fiesta de quince años,
¿quién dio las herramientas equivocadas al maquillista para que arruinara tus trazos?
Nadie le dijo que nunca usaste labiales ni máscaras de pestañas,
que tu piel reseca no conoció jamás el rubor ni los polvos para cubrir las arrugas.
Tu cabeza estaba limpia, con apenas un poco de cabello que comenzaba a crecer.

Entre sueños veo tu rostro amarillento
y tus ojos posados en la pared, sin encontrarme.
Lamento que tus silencios se quedaran atrapados en la pena;
que hayas rehuido a tocarte porque sabías lo que hallarías.
Más lo lamento porque igual que tú,
también me quedé al ras de la línea de la sospecha;
tenía que haberte visto de fijo en tus cuencas perdidas
y arrancado la enredadera de tu pecho
porque igual que tú
tampoco creo en la voluntad divina,
y aunque no supiera que así era,
sí quería comprarte más tiempo.

***

"Segundo Prometeo"

Cuando el dios robó el fuego
no sabía que habría de pasar el resto de sus días en la cima
cumpliendo un castigo eterno.

Con el destino y la faz de un segundo Prometeo,
cuando yo amé tampoco lo supe: habría de sufrir todos los días
sin piel que me guardara; las manos atadas e impedida.

Repito el castigo:
miro tu andar indiferente,
sé que el silencio de tus ojos
y tu voz indispuesta
son las aves rapaces que vienen cada día
al festín eterno de mis entrañas.


***


"La esperanza"

I’ve Heard it in the chillest land –
And on the strangest Sea –
Yet, never, in Extremity,
It asked a crumb – of Me”.
Emily Dickinson

En medio del mar
un hombre rescata una esperanza del naufragio.

No sabe que aquella caprichosa se tiró por la borda,
no sabe que el agua nunca habría de matarla.

El héroe la toma y la siembra en el mejor campo,
en el mejor suelo
y cuida de ella.

No sabe que poco le faltaba para llegar al puerto.
Tampoco sabe que es mortalmente alérgica a la tierra.

***

"La luz"

Desde este blanco refugio
he soñado que conquisto todo lo que existe.

Y el alcance de mis ansias no es mayor que el grano de arena.
El todo es simple:
un instante encapsulado que se repita hacia el fin de los tiempos
en una sincronía más perfecta que la que cualquier dios pudo haber
imaginado siquiera.

En este intersticio de sombras,
sé que jamás tendré los bríos para alumbrar camino alguno
—ni siquiera y mucho menos el mío—,
paseo a través de un sendero que se acabará,
a través de lamentos que florecen.

He soñado demasiados sueños postrada en la vigilia más tibia.
He sentido la terrible inminencia del derrumbe, cuando todos caminan
en alegría.

Aspirar a todo es el problema:
creer que se conquista y que el regalo se resbale entre los dedos,
porque fue un engaño, porque no existe.

Quiero ser una luz que sobresalga,
pero sólo puedo quedarme atrapada entre mis moribundos destellos.


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Music on: Holocene - Bon Iver
Quote: "Sólo el amor nos crece verticales". Enriqueta Ochoa
Reading: Kentukis - Samantha Schweblin





jueves, 8 de julio de 2021

Vuelta


Por algunos años intenté continuar mi blog en otro espacio. Inicié en dos plataformas. Quería cambiar, no sé muy bien por qué. Pero el caso es que no funcionó. Así que aquí estoy de regreso. Tal vez es un tema de nostalgia, de que éste fue el espacio con que inicié la escritura, de que este lugar me ha visto en transición de muchos aspectos. No sé, algo por ahí tal vez.

El caso es que estoy de regreso. Aquí es donde me siento a gusto y creo que es lógico continuar aquí. En estos años han pasado algunas cosas importantes, de las cuales me gustaría hablar con más detenimiento aquí. Pero creo que una de las más determinantes fue el cambio de dinámica existencial a raíz del encierro por pandemia (yo sí me lo he tomado en serio, o sea, no he visto a mis amigas en meses, por ejemplo, no he vuelto a pisar un cine, un teatro, un museo, nada de transporte público ni restaurantes). En estos meses me he volcado a la escritura y a la lectura, que son los espacios en los que me siento más a gusto, y estoy tratando de seguir cosechando eso que me hace sentir bien. 

En otros aspectos, sin embargo, sigo siendo la misma persona, hay cosas que no cambian; hay temas que me persiguen igual que lo hacían hace quince o diez años. Y de todo eso quiero escribir aquí, de manera libre, sin riendas, sin reservas. También quiero compartir lo que publique en otros espacios, pues desde hace un año tengo una columna quincenal en Los Ojos del Tecolote, y apenas hace unas semanas comencé a contribuir con reseñas de libros en Fahrenheit 452. Asimismo, he publicado algunos textos creativos en algunas revistas digitales. Quiero hacer que esos textos también tengan su lugar en este, mi espacio personal. 

Finalmente, me voy a aventurar a invitar a los lectores a apoyar mi proyecto de escritura, de reseñas de libros, de poemas, de ensayo, mediante una contribución monetaria totalmente libre y como donación. Esto se puede hacer aquí:
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Music on: Dark paradise - Lana del Rey
Quote: "No escribo sobre la guerra, sino sobre el ser humano en la guerra". Svetlana Alexiévich
Reading: Kentukis - Samantha Schweblin