Parto diciendo que yo tengo un enorme conflicto con la verdad, y eso no será novedad para algunos de aquellos que me han leído una que otra vez. Y en esta ocasión en especial parto desde eso porque no encuentro otra forma de demostrar lo erróneo y falso que es la celebración del día de la independencia en México.
Primero que nada, ha sido y parece que siempre será una fiesta para vestirse de china poblana (y si alguien me sabe explicar por qué existe un traje de “china” y que aparte es “poblana” se lo agradecería mucho), de adelitas, también pues en la Revolución fueron tan importantes y ahora tan comercializadas y de charros o mariachis pues hay quienes no encuentran diferencia entre una cosa y la otra (y que los mariachis ni siquiera son tan nacionales, pero bueno, esa será otra historia). Esta es una fiesta de júbilo por la culminación de la independencia de México, a través de una lucha armada que ciertamente derramó muchísima sangre pero por la cual se obtuvo soberanía y libertad.
Antes de seguir adelante, es conveniente hacer una pausa aquí y preguntar si en realidad don Miguel Hidalgo y Costilla quería la independencia de México tal y como nos lo han enseñado durante tantos años. A eso tengo que responder que no. Habrá que remontarnos un poco a la historia; recordemos que en la época de la Colonia, el país estaba dividido socialmente en tres clases sociales importantes, los españoles, los criollos y los mestizos (en donde entraban indios mexicanos, negros y demás castas existentes). Los españoles seguían gobernando la Nueva España, aunque fuera de lejos y era a través de los Virreyes que se ejercía este poder. Los criollos (hijos de españoles nacidos en América, por quien no lo sabía) gozaban de ciertos privilegios monetarios y sociales pero no podían acercarse al poder, y esa es una de las causas más importantes por las que se inició el movimiento independentista, mismo que fue planeado intelectualmente por criollos, sí, porque Miguel Hidalgo, Doña, Josefa Ortíz de Domínguez y Don José María Morelos eran criollos.
España, para principios del siglo XVII tenía problemas territoriales y bélicos con Francia, recordemos también lo que pasaba por allá con Napoleón Bonaparte y sus múltiples conquistas. El caso es que en España, de pronto no hubo rey y Bonaparte dio el poder de España (y de Nueva España, consecuentemente) a su hermano, el famoso Pepe Botella. Entonces los criollos, al ver que la corona española estaba siendo usurpada, pensaron que ese era el momento exacto para declarar independencia de la corona española, nótese, de la corona española y no para hacer de la Nueva España un país democrático sino para instaurar otra monarquía en la que gobernaría Fernando VII.
Así que don Miguel Hidalgo no quería una independencia del pueblo ni un gobierno para el pueblo, lo que quería era deshacerse del poder de España y reinar bajo otra monarquía gobernada, ahora así, por los criollos que tanto habían querido el poder, no por los mestizos ni por los negros, por supuesto pues ellos sólo fueron considerados para ser carne de cañón en la lucha armada.
Esos detalles no son los que comúnmente se enseñan en las escuelas y los niños crecen sabiendo que Hidalgo fue el gran héroe libertador del pueblo cuando en realidad era simplemente un hombre que no estaba de acuerdo con el hecho de no tener poder y que no se preocupó jamás por otras cosas sino por sus intereses personales.
La fiesta de júbilo patrio que tanto celebramos está basada, pues, en una vaga idea de la verdad que más bien se acerca a la mentira. Eso aunado a otros detalles que se ignoran, como por ejemplo que oficialmente el grito de independencia se dio el 16 de septiembre, no el 15 pero don Porfirio Díaz cumplía años el 15, entonces decidió que sería mejor juntar su cumpleaños con las celebraciones de independencia para así tener más que celebrar.
Después de eso ya sobra agregar que no es sólo la ignorancia la que distingue al pueblo mexicano sino la tontería de celebrar independencias cuando el país se está hundiendo en crisis económicas y políticas que se reflejan en el hecho de que ahora no sólo hay un presidente, sino dos y ninguno de los dos puede ser capaz de poner orden en el país, pero eso, como dice Michael Ende, es otra historia, y debe ser contada en otra ocasión.
Music: I still remember - Bloc party
Quote: "¿Cómo sabes que la Tierra no es el infierno de otro planeta?" A. Huxley
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