déjame seguir haciendo poesía del sudor de tus manos y el rocío tibio de tu sexo
déjame acordar de tus muslos duros como el día y tu boca abierta como la noche
deja que te ame en el viento dulce y a través de las goteras del alma
deja que te arranque del olvido y te saque del río amargo del silencio
déjame seguir soñando en lo eterno
déjame encontrarte en la herida en que mana tu cuerpo
en mis labios de piedra saturados de cenizas
déjate existir un poco aquí donde no existes
aquí sólo un poco
en el hueco que te guardo en el fondo de mis huesos
en el agua congelada en el retorno de mis lamentos
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