domingo, 4 de abril de 2010

De espaldas

             Comparto a continuación un poema de Rubén Bonifaz Nuño, no de los más conocidos, de hecho es difícil de encontrar en la gran urbe de internet... (para leer hacer click y se hará grande, vale la pena), el poema está incluido en De otro modo lo mismo, edición que hace el Fondo de Cultura Económica con la reunión de la buena parte de la poesía de Bonifaz. Este es un poema hermoso, sin duda:


 
            ¿Cómo reunir en las palabras exactas la pesadumbre y dolo que causa la ausencia? Rubén Bonifaz Nuño acierta en la propuesta, lo logra de manera directa y a la vez poética. “De espaldas” conjunta todo lo que se puede decir de un alguien que, acongojado y totalmente deslindado del mundo, percibe la helada certeza de no tener sino la espalda de un amor ya imposible para sus brazos.
 
La voz poética se convierte en un despojo y ve cómo se conjunta la naturaleza para impedirle llegar a la voz de su ser amado, igual un tenebroso incendio que no acaba que un lodo de llamas que se le interpone en su camino. Sufre, se cuestiona, lanza preguntas hacia la nada silenciosa. 

La amada, de la que no sabemos más que la ausencia, se aparece mediante una descripción desastrosa, pues, mientras el poeta se hunde más y más en su tristeza, sabemos que ella, alejada del mundo, sigue igual, “la misma luz, inagotable”; no es para nada un verdugo ni una causa malvada que haya arrojado al poeta a la miseria, ella existe, iluminada como siempre, inmutable, ajena al ruego y a la tristeza de quien la llama, simplemente inaccesible. Más doloroso aún es, entonces, cómo se sufre por dentro, cómo se pregunta a lo que no tiene respuesta; el poeta afirma “y algo, que era yo mismo, en mí se pudre.” Y es que sucede que la ausencia en sí no viene sola, además de ella, llega de su mano la pérdida que se manifiesta a diversos niveles; no sólo se nos cuenta lo que evidentemente hace falta con ese alguien ido, sino que se materializa al interior una pérdida de sentido ante la vida, de ubicación en el mundo y de un “algo” que literalmente, ha muerto. 

En este poema se presenta el mundo antes y después, La manera en que se explica el tránsito de un estado a otro sería como haber despertado en otro lado del mundo, alejado por completo, mirando la silueta de ella a la distancia, muda, sin voltear siquiera la cara a encontrarlo, en fin, de espaldas.

El desencanto ante la ausencia es entonces como despertar en “un mundo al revés” y haberlo perdido todo, incluso la palabra que al decirla no será suficiente para redimir nada, la palabra que de pronto ya ni siquiera se puede pronunciar.

Ahora bien, la mayor tragedia para el poeta es, acaso, que la muerte no llegará totalmente. Algo se muere, cierto, algo que le quita un pedazo de lo que era, sin embargo no es una muerte definitiva que lo libere de su sufrimiento, el poeta está “pobre de muerte”, gritando. Es como estar muerto en vida pero sin la posibilidad de morir verdaderamente, es vivir con una parte faltante, llamando a quien no oye, condenado a mirar al ser amado partir, alejándose, sin darnos nada sino su espalda.

 
Music on: Cold water - Damien Rice
Quote: "La memmoria, donde se la toque, duele" G. Seferis
Reading: Farabeuf - Salvador Elizondo

1 comentario:

César Arenas Moreno dijo...

"...Y estar herido y pobre, y estar vivo /
y vencedor, y redimido,/
y para siempre ya desenterrado".

RBN, de "Fuego de pobres".