viernes, 9 de noviembre de 2007

¡¡¡ Sangre para Baal !!!

Navegando por este gran mundo electrónico llegué a enterarme de una página en la que renace el culto al dios Baal (www.baal.com), aquí se busca renacer el culto mediante la revalorización de la imagen de este dios pagano, misma que está bastante mal colocada en el mundo de los dioses, gracias a las condenas a éste por parte del cristianismo y judaismo, principalmente.

Lo interesante del asunto no es tanto que exista una página de internet que promueve la adoración a este dios en particular; para mí, la adoración a cualquier dios me resulta repugnante y totalmente primitiva (tal vez sólo es algo demasiado humano) y considero a las religiones en general como una traba para el desarrollo intelectual del hombre y como una forma de manipular a las masas. Poco importa que se trate de Baal o de Isis o de cualquier dios pagano, más importa, al contrario, el hecho de que, primero, la religión (cosa que debería ser espiritual, no material) haya entrado en el mundo electrónico del capitalismo y otra, más importante, que las religiones con más adeptos se enfrenten a la competencia con dioses paganos que supuestamente quedaron en el olvido hace miles de años.

Lo anterior sólo confirma algo que no es muy fácil evidenciar para una mente medianamente atenta a su alrededor, y esto es que la decadencia del hombre no termina ni terminará. Para este tiempo y para después de todo lo que ha sucedido con la historia de la humanidad, ésta debería ya ser capaz de abandonar toda idea de dios; personalmente, no concibo cómo alguien aún puede creer en un dios, yo lo aceptaría de una humanidad del siglo XIX, pero no ya del siglo XX y mucho menos el XXI. A lo que voy es a que la decadencia del pensamiento humano es tal que en lugar de renunciar a la idea de dios, lo sigue buscando en otros dioses que son igual de falsos que cualquier otro; Baal no es mejor ni peor que Jehová o Vishnú, el que sea, para mí todos representan lo mismo; el hombre sigue insistiendo en el hecho de que existe un dios que lo puede salvar de su miseria y de la condena de su existencia que aún no logra comprender y que no le proporciona la felicidad.

El hecho de que las religiones también tengan su lugar en internet es algo que más bien me resulta una ironía, como una broma de alguien que se burla de la ingenuidad humana. Ahora, como adquirir un producto en E-Bay, es posible pedir a domicilio una pequeña estatua de Baal para rendirle culto en la comodidad del hogar. Esto tiene que ser una broma, una burla hacia la gente que sigue adelante con esto (tristemente demasiados, pues Baal ya tiene una buena cantidad de seguidores sólo en Estados Unidos), es de risa pensar que el hombre pueda llegar a pensar que a través de un producto que llega por FedEx se puede alcanzar una mejor calidad de vida (digo, lo creería quizá de cualquier producto llegado por mensajería instanténea, pero jamás de una estatua tan inútil como cualquier decoración prescindible en los hogares).

Cierto, la religión se ha comercializado también, lo cual me remite a mi cuestión primordial, ¿cómo es posible que la gente siga creyendo en un dios de esta manera y a estas alturas? y peor ¿por qué creen que encontrarán algo nuevo en dioses del pasado que son los mismos sólo que con distinta forma, pues numerosos estudios han comprobado que la existencia ideológica de Jesús es extrañamente similar a la de Mitra, el dios del sol?

Esto es para reír, considerando que puede ser una buena broma, o para llorar, pensando que es demasiado real.

1 comentario:

Angel Pastrana dijo...

Solo difiero en un punto. Sé que literariamente, conceptual e incluso históricamente se usa el término decadentismo, pero este infiere una degradación, en términos teológicos se vuelve más absurdo el citado término, porque dicha degradación supone que en algún momento la inteligencia humana se encontraba en una etapa superior a la que se encuentra actualmente, a excepción de los hombres del renacimiento y de alguna mentes brillantes en la historia de la humanidad, la sociedad en general se ha visto sumergida en un oscurantismo mágico, en el cual, negando su suerte, se encomienda a cualquier poder que los saque de su miseria aunque sea solo de facto, aunque la recompensa se vea solo a tráves de la muerte. La mente humana sometida a la masa se vuelve incapaz de disernir, y la huxleiana repetición de dogmas crean una conciencia religiosa imposible de derrumbar, formando seres que no cuestionan su existencia, esto ha sido una constante, no exactamente una degradación o una decadencia, sino una espantosa normalidad. Un saludo