De las cosas que extraño de ti, no cuento los besos o las palabras, ni siquiera las estancias secretas en tu recámara o tus mensajes con los que amanecía mi celular.
No, de ti extraño otras cosas... la ilusión, por ejemplo, los sueños que plantaste en mi cabeza y que luego, cuando yo dormía, se realizaban bajo cielos claros y arcoiris. De ti extraño la promesa, el futuro, las verdades que guardabas en tus manos húmedas, el anhelo que dejabas en el sudor de mis muslos.
Y ahora, tendida en mi cama con la oscuridad presente, no es que quiera que regreses, yo sé que lo ido no retorna y que es inútil invocar viejos pasos. Ahora sólo me queda seguir, pensarte y saber que no existes, tener la nostalgia de aquello que veo con estos ojos marchitos y que no puedo olvidar.
De ti, extraño el sueño, lo que nunca fue y ahora me miro al espejo y pienso, bajo esta luz pálida que alarga mi sombra en la recámara, que todo es fácil de creer como real, y me sorprendo también, mientras se me cierra la garganta y quiero gritar, de cuán ingenua he sido por creer los sueños como realidades.
Porque de lo que extraño de ti, nada existe, no hay ilusión tangible, ni futuro nostálgico. Y tú, como eres y como eras no existes sino en mi mente.
Y quizá quisiera recorrer el pasado otra vez y regresar... tal vez para no olvidarme de lo real y empezar a conocerte, tal vez para hacer real el sueño, quizá sólo para intentarlo.
Pero no es posible tornar la mente y el cuerpo a lo inexistente, así como también es inútil no amar algo tan bello.
De ti... yo no extraño nada, si acaso, dudosamente, la verdad que no conocí. Porque en ti no hay caricias, besos, amor... sólo hay sombras, deseos, imágenes, y nada de esto es tuyo sino mío.
1 comentario:
Gracias por este texto que hoy me ayuda a tomar decisiones... Estoy en ese punto y no encuentro salidas posibles...
Espero te acuerdes de mí (de la UCSJ, del curso). Siempre he creído que eres una mujer con mucho talento, sé que llegarás lejos.
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