jueves, 3 de mayo de 2007

De la soledad y la otredad

Pienso que no somos lo que eramos... pienso que lo que pasó un día, si se queda sólo en mi memoria, puede desaparecer. Si no comunico lo que soy, me da la impresión de que no existo. No es tan raro... esta clase de cosas pasan todo el tiempo. Es sólo la necesidad de reinventarse, crearse, objetivarse; la importancia de la otredad me salta a los ojos y hace que mi alma encanezca, como encanecen los cabellos. ¿Cómo es que la soledad y la otredad coexisten en el mismo momento? El instante, todos buscamos el instante, un momento que nos redima y nos saque de balance, pero que también nos recuerde que estamos vivos. Ese instante, un instante de soledad que debe ser legitimado por los otros para que exista. ¿Cómo hacer para no perdernos? ¿Cómo existir sin dejar de comunicar? La soledad misma existe en función de los otros, del recuerdo de ellos unido al recuerdo propio, de la cosmogonía del otro frente a la cosmogonía propia. Pero si estamos unidos a otros ¿dónde queda la identidad? Por eso no somos nunca lo que eramos, por eso cambiamos, porque los otros nos cambian, porque nos hacen recordar y existir. Si no somos con ellos, no somos para nadie...

1 comentario:

Fernando Brambila O. dijo...

" El instante, todos buscamos el instante, un momento que nos redima y nos saque de balance, pero que también nos recuerde que estamos vivos. Ese instante, un instante de soledad que debe ser legitimado por los otros para que exista."

Tal vez por eso se dice que la muerte es la experiencia más solitaria que existe, y al mismo tiempo es lo más universal que hay.