viernes, 14 de octubre de 2011

Mandala espiritual


Partimos de una sencilla premisa: la verdad no existe, todo lo que creemos es mentira y somos felices.

Ahora bien, creer la mentira sabiendo que es mentira no es tan patético como se podría llegar a pensar: al contrario, es asumir que existen cosas que no pueden ser verdaderas pero que, como son todo lo que tenemos, si no las creemos un poco estaríamos totalmente sumidos en abismos de sombras eternas. No hay verdad en el mundo, todo es una figuración y así, pensando las cosas como ilusiones, representaciones, el desencanto tiene la garantía de haber mermado el impacto esperado ante la ingenuidad.

Habría que partir de que todo es falso y contentarse con esa idea. Es como la necesidad de imaginar a Sísifo feliz, pues si pensáramos que su condena —aterradoramente similar a la nuestra—, es una carga insoportable y tristísima, tendríamos que buscar el suicidio inmediatamente y la vida se nos perdería antes de empezar a vivirla.

Así que me cuento mentiras y como Sísifo, me encuentro, la mayor parte del tiempo, en un estado de felicidad asombrada y tranquila. Me digo miles de cosas alentadoras para que, igual que a Sísifo, el mundo no me resulte de un absurdo tremendo y desquiciante. Me digo pues que mañana todo estará mejor, que el tiempo se pasará volando, que hay mucho que hacer por mí, que he hecho la decisión correcta. Así se convierte todo en un ritual simbólico, como dibujar un Mandala espiritual, un ejercicio terapéutico de equilibrio emocional que conforme a su repetición y simetría me impida de caer en la desesperación y la sombra.

Feliz (engañada alegremente, pues), sin pensar en esa verdad que intuyo pero que no digo (que estoy ahogándome de su ausencia, que lloro por las noches pues no me atrevo a poner el remedio, que gritar no es suficiente, que espero encontrar pronto la mentada puerta de salida para no enloquecer sin él).

Más mentiras, alegres engaños fabricados (en las noches la mentira es más grande pues creo también las que de su boca salen); el tiempo rueda bajo la convicción de que se está acortando, que falta pronto para regresar y que esto no es la vida sino una estación que ha irrumpido en la tranquilidad.

Feliz, ¿de qué otro modo sino con mentiras?



Music on: You and me - Delays
Quote: "Voy a escribir como llora un niño, es decir: no llora porque esté triste sino que llora para informar, tranquilamente." Alejandra Pizarnik.

Reading: Relatos - Alejandra Pizarnik

No hay comentarios.: