Pensar en la belleza de un instante que se queda adentro de
nuestras almohadas igual que de nuestros cuerpos.
Alegrarse del amor inconmensurable que flota libre hacia
todos los rincones del mundo mientras decenas de caballos blancos cabalgan
desde las comisuras de nuestros sueños.
Y creer... Creer porque el cielo nunca ha sido tan puro ni
se ha visto tan inmaculadamente abierto. Porque la luz de otoño ha transformado
a las estatuas en seres que habitan ese valle inexplicable en donde se ha
podido congelar el tiempo. Creer que todo es un milagro.
Veo tu rostro…, y en ese acto simplísimo descubro a un dios
que se ha dado por completo a tus manos; un dios sin misterio, que habla y por
todos es conocido y se manifiesta y, sobre todo, nunca lastima.
No es un sueño, nosotros somos constantes y somos eternos.
Millones de asfódelos se desploman desde el cenit hacia el corazón con la
promesa de la vida eterna. No es un sueño pero sí es algo que hemos anhelado
desde que tenemos memoria.
Paz.
Nada más que tiempo interminable de vida gozosa y limpia,
ligera, tibia y duradera. El tiempo nunca ha sido tan sagrado, tan perpetuo.
Entonces caminamos a través de estrellas y nubes y polvo
iluminado y no olvidamos y no duele. Vivimos otra vez y otra, cada día un
amanecer más limpio. El pasado es sagrado y no hay un futuro diferente, todo el
tiempo es el mismo tiempo.
Nos quedamos. Aquí permanecemos. Vivimos el eterno sueño de lo eterno. Regresamos siempre al mismo despertar sin noches ni treguas
ni miedos.
Music on: Out of control - Miles Kane
Quote: "I didn't want any flowers, I only wanted / to lie with my hands turned up and be utterly empty." Sylvia Plath
Reading: Crónica de plata - Emily Dickinson
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