Últimamente me batean muy seguido en todo lo que a literatura se refiere. La historia con el Fonca es ya muy sonada, años intentando y nada... En los últimos meses he mandado textos a diversos lados, sin que nada pegara, pero entre tantos envíos, uno de ellos pegó. De modo que me seleccionaron para participar en la eliminatoria del Torneo de Poesía Adversario en el Cuadrilátero 2015 y ayer leí, con mucho entusiasmo y, lejos de toda expectativa personal, con muchos aplausos del público y calificaciones altísimas del jurado. Aquí el cartel del evento:
Siempre me he considerado una persona de bajo perfil. Creo que desde niña he sido así, es decir, me gusta un poco el escándalo y hacer cosas nuevas siempre, pero no me encanta ser el centro de atención; en realidad me siento mucho más cómoda cuando paso medio desapercibida. Pero el caso es que ayer pasó todo lo contrario. Necesitaría del testimonio de otras personas para ser más objetiva, quizá, pero el caso es que me sentí como otra persona que no era yo misma; era toda yo y el poema, toda la pasión concentrada en segundos... Y eso que lo único que hice fue leer.
De acuerdo con las reglas, había que leer tres poemas, pero imagino que por lo largo que se estaba haciendo el evento y por la cantidad de poetas inscritos, al final sólo fue necesario leer un poema (o quizá entendí mal las reglas desde el principio, me suele pasar). Yo no estaba segura de cuál leer, tengo tantos y entre esos tantos hay muchos que me gustan mucho... Finalmente elegí un poema de Quién vive, el cual tiene su historia personal, por supuesto, pero sobre todo, su rabia personal.
El poema es el siguiente (y perdón por la fea foto, pero me pareció mostrarlo en la manera en que se ve, tan lindo él, publicado):
El Quién vive lo escribí hace ya varios años. Este poema, calculo, lo escribí por ahí del 2009 o 2010. Recuerdo que entonces estaba, como solía estar, enamorada de la persona equivocada, era un chico que jamás me hizo nada malo, sólo no se interesó en mí. Y como yo siempre he sido muy intensa escribí ese poema... Ahora que si lo pienso no es un poema de desamor, o mejor dicho, no es sólo un poema de desamor sino de desencanto global. Y de furia, de reto, de desazón generalizada y de un grito. Creo que cuando leí lo grité un poco, como una sentencia, como una rebeldía y un deseo de escapar, sin poder hacerlo.
La siguiente etapa del torneo será el 31 de octubre en el Centro Cultural José Martí, a partir de las 13:00 horas; acabo de ver los puntajes y resultó que tuve el más alto de todos. Eso significa que para lo que sigue debo concentrarme en poemas muy fuertes, así, como gritones y apasionados. A ver qué tal.
Y por cierto, retomando algo del poema ganador, la idea de estar iluminando nuestros pasos con luces de estrellas muertas me parece muy acertada, creo que así somos: nos creemos muy grandes cuando, en realidad, pasa seguido que nos llegue la luz de una estrella que dejó de existir hace muchísimos años. Vaya, me parece una excelente metáfora de la vida.
Music on: Wonderwall - Oasis
Quote: "No podía morir porque aguardaba". Rosario Castellanos
Reading: Memorias de Adriano - Marguerite Yourcenar